DETALLES DEL FESTEJO
Plaza de Toros Las Ventas
Ganadería 6 Toros de Montalvo, procedencia Juan Pedro Domecq en distintas líneas, Jandilla, Daniel Ruiz y Zalduendo y por otra, de Luis Algarra y Juan Mari Pérez tabernero.. El ganado mostró mansedumbre, falta de casta y justos de fuerza, aunque algunos ejemplares cumplieron en la muleta, como ocurrió con el segundo. El tercero fue devuelto a los corrales por inválido y en su lugar se lidió un sobrero de Luis Algarra.
Ginés Marín: De marino y oro. Estocada hasta los gavilanes. Aviso. Oreja. En el cuarto pinchazo sin soltar saliéndose de la suerte y estocada habilidosa. Aviso .El animal murió en toriles. Silencio
Luis David: De. Lila y oro. Estocada recibiendo quedando algo caída y perdiendo la muleta. Vuelta al ruedo tras petición. En el quinto estocada baja. Silencio.
Pablo Aguado: De vainilla y oro. Bajonazo infame. Entró a matar de nuevo y le recetó otro bajonazo. Silencio. En el sexto Estocada y dos pinchazos. Se echa el toro. Aplausos.
Presidente: D. Víctor Oliver Rodríguez. Devolvió el tercero de la tarde tras pensárselo mucho, sin embargo no concedió la oreja a Luis David, ya que la faena no fue de tal merecimiento. Sin embargó se tragó al inválido cuarto al cual debió enviar a los corrales.
Suerte de varas:
1º Cumplidor: 593 Kg. Colorado ojo de perdiz. . En la primera entrada al caballo no fue puesto en suerte, se dejó pegar y salió suelto a buscar las querencias de toriles. En la segunda volvió a mostrar su condición de manso y el piquero le tapó la salida. Manso huyendo de los engaños.
2º Enviado: 555 Kg. Negro listón. El torero lo colocó con pases de la mariposa al paso. El picador se agarró bien y el animal empujo en la pelea, pero salió suelto. En la segunda entrada se volvió a agarrar arriba, pero el animal no se entregó y salió suelto. Manso en el caballo, en la muleta estuvo por encima del torero.
3º Travieso: 540 Kg: Colorado. En la primera puya se dejó pegar con fijeza, en la segunda el piquero se limitó a sujetarlo. Cumplió en el caballo y se dejó torear.
4º Pocapena: 590 Kg: Negro listón, bragado meano. Acudió suelto al caballo, se dejó pegar pero al salir dio con su cuerpo en la arena. En la segunda entrada, el picador se limitó a marcar el castigo y el animal continuó mostrando su condición de inválido. Manso e inválido.
5º Rapaz: 650 Kg: Colorado ojo de perdiz. En la primera vara le tapó la salida y lo castigó trasero, el animal no se empleó. En la segunda se dejó pegar y salió suelto. Mansote y noble en la muleta. .
6º Tapado. 591 Kg. Colorado chorreado en verdugo. Acudió suelto al caballo e hizo una pelea de manso. Y en la segunda entrada se dejó pegar sin otra condición positiva.
Cuadrillas y otros.
En tarde de fresca temperatura el coso venteño casi rozó el lleno. El cartel del sevillano Pablo Aguado, reunió a un buen grupo de aficionados. Los toreros de plata se limitaron a cumplir y por destacar a alguien con las banderillas, este fue Miguel Martín en el segundo de la tarde. El en primero de su lote, Pablo Aguado fue arrollado por su enemigo al recibirlo de capote y al comenzar la faena de muleta, hecho que no le impidió continuar en la lidia. Cuando despenó a su enemigo se retiró a la enfermería para aparecer para lidiar el sexto.
Fue un suspiro de ilusión. Aunque el torero sevillano toreó muy despacio al sexto de la tarde, todo fue muy rápido. Los presentes deseaban que aquello durase una eternidad. El maestro levantó la plaza con dos toques de muleta. Templó con la derecha y al natural. Despacio, sin descomponer la figura, enroscándose al animal en la cintura y rematando los muletazos en la cadera. La obra de arte la tenía casi terminada y en un palmo de terreno, solo faltaba entrar a matar. Pero fue en esas pinceladas donde el torero no encontró los tonos adecuados para que los ojos de los observadores reventaran de emoción. Fue el borrón de la tarde, donde hasta se paró en viento para comprobar que algo grande debía ocurrir en ese instante para que todas las gargantas clamaran al unísono unos olés ensordecedores, dejando entre muletazo y muletazo un silencio en la plaza que imprimía miedo en los corazones que latían en los tendidos. Como dije, todo ocurrió en in instante.
Su primero a pesar de no tener mucho recorrido no pudo evitar que el torero mostrase las maneras de interpretar el toreo, su toreo, el cual le había colocado en el punto de mira de todos los aficionados en solo dos actuaciones No defraudó Aguado en este toro, pero las ilusiones quedaron intactas para el segundo de su lote.
Ginés Marín consiguió arrancarle un trofeo al primero de la tarde. El animal tenía querencias y el torero sevillano le dio los terrenos adecuados Su faena tanto en redondos como en el toreo al natural, estuvo llena de altibajos, donde destacaron algunos muletazos templando las embestidas de su enemigo, mostrando buena disposición en el torero al natural, el pitón bueno de su enemigo, al final consiguió dejar sobre el albero unos dotes de mando en una faena que fue de menos a más. En el cuarto y ante un animal manso e inválido, comenzó con un brindis al público, hecho que algún aficionado le recriminó, ya que consideró que las condiciones del animal no permitían el brindis. Comenzó la faena sometiendo por bajo y el animal perdió las manos. Ni hubo toro ni hubo torero, En el toreo al natural el toro sacaba a relucir su condición de manso, dando unos arreones propios de esa condición, hasta que se rajó. El matador al final consiguió ponerse pesado.
Luis David vino muy dispuesto, recibiendo a su primero con una serie de hinojos en la boca de riego. El animal metía la cabeza con nobleza por el pitón derecho pero se quedaba corto, el torero llevado por los vicios del toreo moderno, le costaba colocarse en su sitio. Son las querencias del toreo de este siglo. Dio unas series de naturales llevado prendido a su enemigo en los vuelos de la muleta, pero a pesar de esto, la faena fue de más a menos. El toro terminó rajándose y el torero poniendo valentía, pero eso no fue suficiente para que el presidente concediera el trofeo que solicitó parte del público. El quinto comenzó metiendo la cabeza con nobleza pero el matador mexicano no se bajó de la vulgaridad de citar fuera de cacho, creando una autopista entre él y su enemigo, labor que no llegó a los tendidos.
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