DETALLES DEL FESTEJO
Plaza de Toros Las Ventas
15 de agosto de 2016 | Escrito por Pepeillo | Fotografías de Iván de Andrés
Plaza de toros de Las Ventas del Espíritu Santo Corrida de toros. Se lidiaron 5 toros de la ganadería de El Montecillo, procedencia Juan Pedro Domecq Solís Y 1, en quinto lugar, de TorreAlba, de la línea Domecq. En general bien presentados, excepto el tercero feo de hechuras y de cara. En cuanto al comportamiento, salvo el primero que mostró algo de casta, el resto mansos, descastados y nobles.
Eugenio de Mora: De blanco y oro. Estocada baja, aviso, Se echa el toro. Aplausos. Pinchazo, aviso y estocada arriba algo trasera. Oreja.
Matías Tejela: De rojo pasión. Pinchazo y estocada baja, trasera y atravesada. Aplausos. Pinchazo saliéndose de la suerte. El toro se echa y se levanta. Estocada atravesada. Saludos desde el tercio.
Román: De verde botella y oro. Estocada trasera y desprendida, aviso y descabello. Oreja. Estocada trasera, aviso, Después de 9 descabellos el toro se echa. Silencio..
Presidente: D. Trinidad López-Pastor Expósito. El presidente volvió a dejar a Las Ventas a la altura que no se merece al conceder una oreja en el tercero después que los mulilleros, apodados los trincones, dilataran en exceso el enganche del toro esperando que el presidente sacara el pañuelo blanco ante una insistencia minoritaria del público. Con su aptitud consiguieron su objetivo, comportándose como el coletazo de la corruptela que existe en estos espectáculos ante las narices de un presidente triunfalista que nunca debió ceder ante esta exigencia. La faena no fue digna de tal distinción, pero son tiempos de incomprensible triunfalismo.
Suerte de varas: 1º Farruco. 493 Kg. Negro bragado meano. En la primera vara empujó sin clase y el picador le tapó la salida y en la segunda, el piquero no lo castigó y el animal se repuchó. Manso con señales de casta.
2º Trineo. 505 Kg. Negro listón bragado meano. En la primera entrada al caballo fue picado trasero, rectificó el piquero y marcó en el brazuelo, el animal salió suelto. En la segunda se repuchó y llevó una mala lidia. Manso y descastado.
3º Jaranero. 527 Kg. Negro. En la primera vara derribó y en la segunda hizo una fea pelea. Mansote que llegó parado a la muleta mostrando nobleza.
4º Barberito I. 599 Kg. Negro listón. En la primera entrada al caballo derribó. En la segunda lo picó el reserva, donde el toro no se entregó en la pelea y en la tercera entrada salió suelto al sentir el hierro. Manso y noble.
5º Galvano. 566 Kg. Castaño bragado. En la primera vara el picador le hizo la carioca y salió suelto. En la segunda entró al caballo suelto, fue picado trasero y no se empleó. Manso y descastado.
6º Barberito II. 567 Kg. Castaño claro. En las dos entradas salió suelto sin ser castigado y en la tercera entrada se dedicó a marcar solamente el castigo.
Cuadrillas y otros: El torero de plata Raúl Martí se desmonteró en el sexto, al colocar dos pares de banderillas. El hecho sorprendió a la concurrencia de aficionados a pesar que su enemigo le apretó en el embroque. Su labor no fue para tanta distinción.
Los caballistas del castoreño siguen ignorando que para picar a un toro lo primero que hay que saber es montar a caballo. La mayoría de los que se colocan en la montura desconocen este hecho. Diego Díaz en el segundo de la tarde demostró no estar preparado para tan profesión.
Si nos ajustamos a lo que Eugenio de Mora demostró en el ruedo y ante dos enemigos que no le pusieron fácil su labor, el aficionado cree que el toledano debería recibir otro trato por las empresas- Estuvo torero, demostrando los conocimientos que le exigieron los toros que le tocaron en suerte. Lo que los espectadores no deben conocer son las causas del porqué toreros de este tipo tienen que estar mendigando en los despachos de los empresarios, sin escrúpulos, un contrato y cuando salen al ruedo demuestran que su toreo es de más vuelos que los que se llevan la gran tajada de este negocio. ¿Será esa la causa?
A su primero lo recibió con unos muletazos por bajo con solera, rematándolos con un derechazo que levantaron los olés. Continuó con dos tandas templadas de redondos con un juego de muñeca que consiguió alargar la embestida de su enemigo. Al intentarlo por el pitón izquierdo el toro no mostró la misma disposición en el recorrido, aunque el matador pudo demostrar la buena disposición de agradar y de paso conseguir un triunfo, pero prolongó en exceso la faena desluciendo en buena medida lo conseguido anteriormente. En el segundo estuvo por encima de su enemigo. Comenzó la faena sometiéndolo por bajo y consintiéndole mucho hecho que le valió para sacarle al manso lo que no tenía. Dio una serie de naturales con la verdad por delante y cuando volvió al toreo en redondo mostró un temple inusual en muchas muletas de toreros de postín. Fue una pena que dada la disposición del torero el animal no tuviera más recorrido.
Matías Tejela en su primero lo intentó con el toreo en redondo pero su enemigo no tuvo recorrido, a pesar de esto estuvo toda la faena fuera de cacho y el manso lo único que hizo fue defenderse ya que le protestaba cuando trataba de meterlo en la muleta. El madrileño mostró voluntad pero no tuvo toro. En el quinto comenzó la faena de muleta con un bonito cambio de manos, que hizo abrigar esperanzas a la parroquia de aficionados, pero poco tardó en caer en la vulgaridad muletera que lleva sumido algún tiempo. El toro no fue un prodigio embistiendo y encima estuvo durante toda la faena calamocheando, pero el torero tampoco mostró con la tela los recursos para intentar parar a su enemigo, no acoplándose en ningún momento al burel. En una palabra, el toro por un lado y el torero por otro.
Román en su primero fue un ejemplo del anti toreo. Lo recibió con unos redondos acelerados, en ningún momento le dio distancia al toro, no remataba los muletazos y por último estuvo durante toda la faena ahogándole la embestida. Con todo lo expuesto al torero le regalaron una oreja solo por la valentía que mostró, pero eso no fue suficiente. Al sexto y después de brindar a un espectador, lo recibió con unos pases del telón, y su enemigo tenía querencias a tablas y el torero comenzó la primera tanda de derechazos en el tercio, y en esos terrenos tuvo codicia, pero al sacarlo a los medios su enemigo se paró y le costaba acudir al engaño, para lo cual el torero tiró del recurso del arrimón ahogándole la embestida al manso, pero sin ninguna esperanza de lucimiento. A los aficionados les quedó la duda si el torero se lo sacó a los medios porque en el tercio le apretaba y podía ponerlo en aprietos. El torero sabrá.