DETALLES DEL FESTEJO
Plaza de Toros Las Ventas
Se lidiaron 6 toros de la ganadería de José Escolar, encaste procedente del laboratorio del conde de Santa Coloma y su hermano, el marqués de Albaserrada. El ganado vino mal presentado algunos como el tercero muy justo de trapío y sin cara, y el quinto muy descarado pero sin armonía. La corrida tuvo un comportamiento variado pero encastada, de la aspereza del primero y el quinto, que recordó a las alimañas del pasado de este encaste, al sexto que se dejó torear. Varios fueron aplaudidos en el arrastre.
Fernando Robleño: De verde botella y oro. 6 pinchazos y tres descabellos tras aviso. Silencio. Estocada baja y descabello tras aviso. Vuelta al ruedo.
Gómez del Pilar. De blanco y oro. Aviso y dos pinchazos, con el último que vale. Ovación y salida a los medios. Pinchazo sin soltar y pinchazo tras aviso y descabello. Saludos desde el tercio.
Ángel Sánchez. De malva y oro. Estocada tendida. Ovación y saludos desde el tercio. Estocada baja y descabello tras aviso. Silencio.
Presidente: D. Víctor Oliver Rodríguez. Sin decisiones destacadas en sus intervenciones.
Suerte de varas:
Patoso: 514 Kg. Cárdeno. Se dejó pegar en el primer encuentro con el caballo y fue castigado trasero. En la segunda vara se le castigó trasero y el animal no quiso pelea. Manso y peligroso.
Capitán: 570 Kg. Cárdeno bragado meano. A pesar que el piquero marcó en la paletilla y le tapó la salida, el toro se dejó pegar. En la segunda entrada se arrancó de lejos y el piquero se limitó a sujetarlo. En la muleta no tuvo recorrido.
Combativo. 536 Kg: Cárdeno bragado meano. Acudió con alegría al caballo pero el piquero le hizo la carioca, aprovechando la pelea para arrearle de lo lindo. Buen toro, peleó en el caballo con fijeza y también lo hizo en el último tercio.
Pocapena. 571 Kg: Cárdeno bragado meano. El piquero marcó arriba el castigo y en el segundo no se empleó. Cumplió en el caballo y el torero estuvo muy digno en la muleta.
Sevillano. 520 Kg: Cárdeno oscuro. En la primera entrada al jaco el picador marcó el castigo en el brazuelo y por su propia impericia en el manejo del caballo, se cayó de la montura. En la segunda vara lo agarró arriba y en la tercera el picador se agarró arriba a pesar de acudir el animal algo descompuesto. Buena pelea en el caballo y el juego en la muleta fue de alimaña a la que pudo domesticar.
Vistoso. 579 Kg. Cárdeno bragado meano. Se dejó pegar y se durmió en el peto. En la segunda vara el piquero se limitó a sujetarlo y salió suelto. En el último tercio se dejó torear.
Cuadrillas y otros:Los toros de Albaserrada que pastan en Lanzahita, y cuyo ganadero atiende por el mote de“Pinchoronco”, casi llenaron el coso venteño, donde reinó una temperatura agradable pero algo fresca. El tercio de banderillas que protagonizaron la cuadrilla de Ángel Sánchez en el sexto de la tarde fue de las hacen afición. Fernando Sánchez tuvo que desmonterarse e Iván García podía haberlo hecho, pero su honradez profesional no le permitió recoger ese premio ya que en tercer par se dejó un palo en la mano a pesar de haber estado sensacional. En el tercero de la tarde también se desmonteró Raúl Ruiz. En el quinto, se tuvieron que desmonterar Iván Aguilera y Pedro Cebadera. En el lado opuesto de la balanza anduvo la cuadrilla de Gómez del Pilar en el segundo de la tarde. Tuvieron que pasar cuatro veces para colocar 4 palos y en la última entrada El Ruso lo hizo con un palo en las manos .con el fin de cumplir con el reglamento.
Los aficionados salieron de la plaza hablando de toros, y de la suerte de banderillas. Unos se decantaban por el quinto, otros por el tercero y algunos destacaron el juego encastado de la corrida, eso sí, excluyendo al primero, con el cual tuvo que apechugar Fernando Robleño, que desde el primer momento le pidió el carnet de torero y al enseñarlo y visto que el animal no seguía el trazado de la muleta por ambos pitones, decidió machetearlo y despenarlo no con mucha fortuna. Pero hubo un detalle que los aficionados no descartaron y que estuvo presente durante toda la tarde. El viento. Ese enemigo de los toreros que obligó a los toreros a realizar las faenas en terrenos de querencias, dando con ello un plus a su labor.
Fernando Robleño a su segundo lo pasó por el capote en una pelea digna de un profesional digno de respeto. Ya con la muleta comenzó la faena sometiéndolo por bajo, continuando con el toreo en redondo sin descomponer la figura, lo cual dado el enemigo que tenía frente a él ya era muy meritorio, dando la cara y tragando lo que un torero como la copa de un pino tiene que tragar cuando la ocasión lo requiere. Al final de la faena consiguió sacarle tres muletazos con la derecha muy templados llevando al toro prendido en la muleta. Con esta faena a muchas figuras le hubieran solicitado un trofeo, pero se notó que los presentes no formaban parte de ese púbico festivalero y orejero de acude en masa cuando aparecen las figuras. Es mi opinión.
Gómez del Pilar recibió a sus dos enemigos a portagayola, encogiendo los corazones de los aficionados esperando ver salir al animal de la oscuridad del portón de chiqueros. En su primero salió airoso de la suerte aguantando la acometividad a la que lo sometió, Capitán. Ya con la muleta comenzó su labor con el toreo en redondo, el animal metió la cabeza con nobleza pero se quedaba corto. A pesar de esto al toro había que llevarlo muy tapado. La faena no transmitió a los tendidos y el torero madrileño llegó a ponerse pesado. Al final y con valentía consiguió sacarle 3 muletazos templados. El quinto de la tarde, un toro descarado, le apretó en chiqueros y el torero consiguió pararlo en una pelea donde el animal empujó con saña. Ya con la muleta lo sacó a los medios. El toro apretaba buscando la presa que se escondía detrás de la muleta, hecho que le hizo dudar y como consecuencia de ello la bestia se hizo dueña de la situación. Pero el torero no se arrugó y a pesar del peligro evidente de su enemigo, continuó con la derecha y olvidándose de las posturas, le sacó unos muletazos donde el mando fue el protagonista de su labor. Un indocumentado se atrevió a vocear al torero, diciendo; “Estate quieto”. No tuvo su día el espectador llevado por su ignorancia.
Ángel Sánchez por su parte y ante el exigente tercero, comenzó la faena cometiendo un grave error y fue, dudarle. A la casta no se le puede dudar. También se confió y se le coló 2 veces. Cuando lo intentó al natural volvió a desarmarlo. El animal acudía al engaño sin humillar, pero transmitían la acometividad del toro y la disposición del torero, consiguiendo meterlo en la muleta con la mano izquierda. También consiguió sacarle algunos muletazos sueltos con la derecha. En el sexto no llegó a acoplarse. Lo recibió con el toreo en redondo, posiblemente mediatizado por las condiciones de este encaste. En un momento de la faena se quedó al descubierto y tuvo que salir por pies del peligro. Al final no sabía cómo colocarse. Creo que se dejó ir un buen toro. Otra vez será, matador.
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