DETALLES DEL FESTEJO
Plaza de Toros Las Ventas
El inicio de la temporada ordinaria en la Plaza de Toros de Las Ventas es señal de que hemos vuelto a vivir. Estaba reseñada una novillada de Los Chospes para Víctor Hernández, Borja Collado y Uceda Vargas para este domingo, en la que finalmente actuó Carlos Aranda en sustitución del valenciano. Sobre el papel o, mejor dicho, sobre los tendidos impresionados en la pantalla de venta de entradas, íbamos a poder comprobar sin problemas de ocultación el granito recientemente colocado en la plaza. En el apartado ganadero, los de Los Chospes dejaron buena impresión. El primero y el quinto fueron los que más destacaron. El segundo fue el de menos condición por culpa de ese pitón izquierdo, pero la novillada se movió, embistió y puso el triunfo que solo Hernández consiguió acariciar.
CARLOS ARANDA, palmas y silencio.
VÍCTOR HERNÁNDEZ, saludos y dos orejas.
UCEDA VARGAS, silencio tras aviso y vuelta al ruedo.
Presidente: D. Jesús María Gómez Martín. Regresaba a la Plaza de Toros de Las Ventas en temporada ordinaria, con los mismos errores y protagonismo con el que se marchó. No tuvo especial relevancia en la primera mitad del festejo, donde se le recriminó el retraso al toque del primer aviso; concedió las dos orejas en el quinto de la tarde, que no debieron llegar, y estableció un listón indigno para la primera plaza del mundo.
Cuadrillas: se desmonteró Marcos Prieto, a las órdenes de Víctor Hernández, en el segundo de la tarde tras una gran actuación con los palos. El tercio de varas se mantuvo como el trámite en el que quieren convertirlo, con mal manejo del caballo y falta de acierto con la puya. Israel de Pedro fue derribado en el primer encuentro con Lechuguillo N54 (5º) y acertó la posición de una segunda vara sin castigo. Javier García picó en buen sitio al sexto de la tarde, que pasó desapercibido por la polémica desatada desde el palco.
Pese a la pobre asistencia - 5.768 espectadores según la empresa -, desde las taquillas de la plaza se dibujaban dos largas filas hermanas que se cortaban al encuentro con Alcalá media hora antes del inicio del festejo. El cambio de última hora hizo que Víctor Hernández actuara en segundo lugar el día de su presentación en Madrid. Con el primero de su lote demostró que la moneda que traía para hoy no tenía cruces y consiguió levantar el murmullo toreando sobre la mano derecha. Al natural lo intentó, pero no insistió. Facilita N58 ya había protagonizado el momento de mayor apuro hasta el momento con Uceda Vargas en turno de quites por el pitón izquierdo. La impresión para Hernández y sus acólitos era que una buena estocada podría darle la primera oreja. ¡Claro! Incluso las dos si se lo hubieran propuesto, porque la estratégica colocación por cada uno de los tendidos de sol y el impulso de agitar el pañuelo a la caída del toro harían el resto. Pese a todo, pinchó la faena y se esfumó la posibilidad de tocar pelo. Con el quinto lo vio mas claro, un novillo al que no pudo someter, pero con el que dejó pasajes de altura. Ahora sí se le vio al natural, bien colocado y llevando una embestida que siempre llegó a las telas y le impidió rematar una tanda limpia y por derecho. Con todo lo anterior, demostró que quiere torear y mantuvo la firmeza del primero con los derechazos a este segundo. Contrario a lo que se crea por el destino que tomó la tarde, Víctor Hernández gustó y dejó a los aficionados con ganas de volver a verle, pero ¡ay el palco como está! Volvía el presidente mas protagonista tras el descanso voluntario y en qué hora. El toro cayó de una estocada con mas o menos defecto, que lo tenía, y la presión se unió a sus ganas de fiesta concediéndole los máximos trofeos. Fue tal el escándalo que aquello pudo desembocar en algo indeseable. La actuación en el ruedo, de una oreja; para el palco, puerta grande. ¡Fuera del palco! Se gritaba vaciando los pulmones para denunciar el rigor de la presidencia, que durante el sexto de la tarde mantuvo las manos quietas. Demasiados errores alevosos de quien se presenta como autoridad. Preocupante futuro tiene la temporada en Madrid.
Carlos Aranda y Uceda Vargas completaron la tarde. Gran parte de culpa tuvieron ambos de que solo despertáramos en el quinto en una tarde donde la cuesta se iba inclinando cada vez más. El primero, ni puede volver a Madrid ni lo hará a la tintorería. Y eso que tuvo la materia prima en sus narices, sobre todo con Tirano I N58. En cuanto a Vargas, se mantuvo en los tonos grises. Del primero no entendió nada y se le notó falto de confianza y rodaje. Con el cierraplaza pagó el alboroto que nada tenía que ver con él y su faena, en progresión respecto al anterior, se desarrolló entre protestas, palmas y pitos que no tenían como destinatario hombre del ruedo. Desapercibido pasó el tercio que realizó Javier García a caballo que, sin ejercer demasiado castigo, puso la puya en la diana.
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