El pasado sábado 1 de noviembre, un grupo numeroso de socios tuvimos la oportunidad de viajar al campo y conocer una ganadería. En este caso nos dirigimos a tierras abulenses, concretamente al término de Cebreros. Allí pastan las reses que forman la ganadería de Cabrero y González, cuyos representantes son D. Enrique Cabrero y D. Luis González que también es matador de toros, pendiente de confirmar en Madrid. La ganadería posee varias sangres, pues ingresó en la Asociación en 1985 por la compra de la ganadería de los Hermanos Abad. En 1989, aumentó la vacada con un lote de reproductores de D.Gregorio Ortega Estévez, procedentes de Salustiano Galache, antes Urcola. Ahora posee Domecq en vía Luis Algarra, Marques de Domecq, un semental de Arribas y también de la Martelilla y Torrehandilla. Después de casi dos horas de viaje en el que pudimos disfrutar de lo bonito que está el campo en otoño y de los paisajes por el Valle del Tiétar o popularmente llamado Valle del Terror, llegamos a la finca de la ganadería “Los Lastrones”. Allí en la puerta nos esperaba el representante y torero Luis González, quien nos recibió con una simpatía y amabilidad dignas de destacar y de agradecer. Nos informó que la visita consistiría en una tienta de machos, ver la finca, comer y posteriormente una faena de acoso y derribo. Después de un pequeño rato hasta que se preparase el tentadero, pudimos disfrutar hablando de toros allí en la finca, ver sus instalaciones, saludar a varios subalternos que andaban por allí y que habían acudido al lugar parar ayudar en el tentadero, como Fernando Sánchez y Antonio Molina. También estuvo presente el hermano de Joselito Adame, Luis Miguel Adame, que está en fase de inicios. Nos ubicamos en la plaza de tientas, muy acogedora su grada, con un diámetro de ruedo considerable y unos burladeros detallados pintados el hierro. Iba a dar el comienzo al tentadero. Un total de 13 machos vimos tentar con la rama de la retama, excepto uno que le vimos torear al propio ganadero donde disfrutó y en algunos momentos nos hizo vibrar. En el tentadero como es lógico y con tantos animales vimos un poco de todo, animales que iban al caballo con alegría y a mas, animales muy flojos, otros que no querían saber nada y salían sueltos, otros que iban al caballo de picar y empujaban sin humillar o con un pitón y vimos un utrero que hizo cundir el pánico y unos minutos agónicos, pues era un tío, serio y rematado, salió con fuerza y al primer encuentro con el equino le derribó poniendo en muchos apuros al picador y caballo, con el que se enceló sin pasar mayores consecuencias y haciendo hilo a cualquier torero que se acercara a hacer el quite. Después de casi tres horas de tentadero, en el que disfrutamos todos fuimos al olor de la barbacoa, aprovechando el sol del otoño y unas cuantas mesas que tiene perfectamente diseñadas el ganadero, nos dimos un gran homenaje de comida y de bebida. Con el buche lleno fuimos a presenciar el espectáculo de acoso y derribo que esta vez se trataba con becerros cruzados de bravo y de manso. Los caballeros Luis González, el subalterno Fernando Sánchez y varios vaqueros intentaron satisfacernos con la faena, pero entre que los chotos no colaboraron y los caballistas no estuvieron muy finos, no pudimos de terminar de contemplar en su profundidad la faena tan emblemática como es el acoso y derribo. Sobre las seis de la tarde nos despedimos del Sr. González, agradeciéndole el trato recibido y la amabilidad que había mostrado. Y por supuesto deseándole la mayor de las suertes tanto en su faceta de ganadero como esperemos verle pronto confirmar la alternativa en la plaza de Las Ventas. El estaría igual de feliz como nosotros nos dirigimos a Madrid después de haber pasado un día magnifico de campo y rodeados de socios y amigos.
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