En una mañana esplendida de sol y agradable temperatura fuimos llegando al punto de encuentro en Soto del Real, a los pies de la sierra de Rascafría, En esta ocasión la visita era a la ganadería de Flor de Jara, pero previo al desplazamiento, el y con un improvisado guía, con escientes conocimientos de la zona, nos mostró la dehesa donde antaño pastaron los toros de Vicente Martínez, junto al semental Diano, procedente de Ibarra, para refrescar la sangre de los toros jijones con Vistahermosa. Fue un lujo conocer el lugar donde ocurrió este acontecimiento ganadero.
Continuamos por un camino tortuoso y lleno de baches, en busca de los “Santa Coloma” de Flor de Jara, gestionada por el torero Carlos Aragón Cancela y su hijo Daniel, que adquirió una parte de la división que se llevó a cabo en la ganadería de Joaquín Buendía Peña, la que se denominó Bucaré, nombre del cortijo donde pastaron los discípulos de este ganadero. El nombre de Flor de Jara proviene del nombre de un semental que habitó en su finca procedente de la ganadería del mejicano Chafik y que murió de viejo.
Nos desplazamos primero a la dehesa utilizada como paridera, donde una manada de vacas acompañadas de sus crías, pastaban plácidamente hasta que un remolque lleno de aficionados invadió su entorno. En este lugar se llevó a cabo una tienta a campo abierto. Mientras preparaban la tienta y subidos en una peña, el ganadero fue exponiendo detalles de su ganadería y de algunos ganaderos de la zona, sin dejar en el tintero ninguna palabra de sus verdades. Como apuntó Roberto, a un comentario del que suscribe, da la impresión que cuando acuden a las tertulias les asustan los micrófonos y las grabaciones. En la actualidad posee 150 vacas, que pasta en otra zona no lejana.
Cuando llega el tiempo de las cubriciones las separan en cinco lotes y cada uno de ellos con un semental, renovando según el resultado de las pruebas de sus productos. Un novillo indultado en Colmenar Viejo, estuvo raceando durante 2 años, hasta que lo mataron otros sementales. La elección del encaste de Santa Coloma fue un capricho y las gestiones de la compra fue muy rápida. Llegó a sus conocimientos la venta de una ganadería, les llamó Javier Buendía y en pocos días llevaron a cabo el cierre del negocio. Así se hizo ganadero pero como lo denominó, plan serio. El mantenimiento de la ganadería este año le va a costar unos 60.000 €. Expuso que la falta de unión de los ganaderos, va en beneficio de los empresarios, considera que un toro debe valer un mínimo de 5.000 €. Añadiendo por qué permite Victorino Martín, cómo presidente de La Fundación Toro de Lidia, que se paguen toros por debajo de ese precio. Para ir a Madrid tiene que tener por lo menos 15 toros, ya que es una ganadería con mucho carácter y suelen pegarse mucho a pesar que las fundas evitan muchos accidentes.
En la tienta de una vaquilla en campo abierto, pudimos ver al torero Ángel Sánchez mostrar sus dotes en el manejo de la muleta y a un novillero de la escuela de Colmenar. Continuamos recorriendo los distintos cercados, donde Daniel Aragón fue mostrándonos las corridas de toros y las novilladas para la próxima temporada y el grupo de sementales que tiene en la actualidad.
Sobre las tres de la tarde tocaba visitar la zona dedicada al comedor Nos reunió en un salón dispuesto para estos eventos y aunque hubo algunos comentarios sobre el menú ofrecido, preferimos darnos por satisfechos por lo visto en los corrales y sobre las cinco y media abandonamos la finca, no sin antes recorrer el camino de regreso lleno de auténticos baches, que pusieron a prueba las transmisiones de los vehículos que nos trasladaban.
Gracias ganadero y mucha suerte.
Escrito por Pepeíllo.
Fotos: David Castuera
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