Sobre las 12 del mediodía llegamos a Castraz de Yeltes, donde pasta la vacada de Sepúlveda de Yeltes, propiedad de D. Iñigo Sánchez-Urbina, que en los años 80 y 90 tuvo un gran momento en Madrid y que esta intentando que su ganadería recuperé el cartel que tuvo durante esos años. Nos recibió el mayoral de la ganadería, D. Ángel Hernández y una vez montados en el remolque, nos dirigimos a los cercados de la extraordinaria finca, que consta de unas 800 hectáreas.
En primer lugar, pasamos al cercado de las vacas, en el que consta de unas cien vacas de vientre aproximadamente, muchas de ellas estaban recién paridas, por lo que a su lado le acompañaban sus becerros, muchos de ellos de pelaje colorado. Posteriormente pasamos al cercado de erales, fuertes algunos de ellos, y que debido a la climatología, algunos de ellos estaban nerviosos, por lo que pudimos observar una pelea entre dos ellos. Más tarde entramos en el cercado de los utreros, cerca de unos veinte utreros, algunos mucho más desarrollados que sus hermanos y de diferentes pelajes, pero destacando el pelo negro y colorado.
Y por último pasamos al cercado de los toros de saca de este año, en el que había cerca de 15 toros, algunos de ellos muy serios y ofensivos, en el que en un principio no tienen destino definido para esta temporada. Concluyó la visita, agradecidos por el trato y deseando suerte al mayoral para esta temporada. Nuestro siguiente punto de destino fue la localidad salmantina de La Fuente de San Esteban, donde comimos y repusimos fuerzas, y en el que nos acompañó el periodista salmantino y amigo de la Asociación, Paco Cañamero. Después de la comida, nuestro siguiente lugar era la localidad de Calzada de Don Diego, donde se encuentra la ganadería de Los Bayones, cuya procedencia es Atanasio- Lisardo Sánchez. Rápidamente subimos al remolque para ver los toros de saca que tienen para esta temporada. En un amplio cercado vimos cerca de 30 toros, muchos de ellos prácticamente rematados, serios y fuertes, algo lógico en este encaste.
Destacar algunos toros mayoritariamente negros, burracos y algún salpicado entre las capas, muchos de ellos con espectaculares cornamentas, algunos de ellos no tenían alguna funda en algún pitón, por lo que se pudo ver perfectamente la longitud y limpieza de las astas. Después de una gran jornada de campo en Salamanca, volvimos a Madrid, muy agradecidos a los dos ganaderos por el trato recibido, ¡Suerte ganaderos!.
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