DETALLES DEL FESTEJO
Plaza de Toros Las Ventas
Corrida de toros. Cuarto festejo de la Feria de Otoño. Se lidió un encierro completo del Puerto de San Lorenzo que en nada se parecían a los corridos en la pasada feria de San Isidro. Muy desiguales de presentación, los cuatro primeros vulgares y feos novillotes, descastados y con manifiesta flojedad, excepto el quinto, un toro de verdad que mostró casta y más fuerza. Pésima la actuación del presidente Julio Martínez que debió echar al corral al menos a tres ejemplares indignos de torearse en Madrid por su falta de trapío y falta de presentación, desoyendo a las numerosas protestas del público. Igualmente mi crítica negativa al equipo de veterinarios, ¿es que no vieron en el reconociendo mañanero lo que veíamos todos desde el tendido después?; es vergonzoso el colaboracionismo de los llamados profesionales que ante estos hechos nos demuestran que están sólo al servicio de los intereses empresariales y no en defensa de la fiesta. La suerte de varas brilló por su ausencia pues en general ni se picó a los toros ni se realizó la suerte, más bien fueron picotazos al relance. Buen par de Juan Navazo en el quinto. Tarde gris, con rachas incómodas de viento y ráfagas de lluvia que no impidieron la lidia en ningún momento. Tres cuartos de entrada. Primer toro, “Joyito” de 517 kgs. muy escaso de fuerzas que perdió las manos en varias ocasiones, embistió al principio con codicia pero le faltó casta como al resto del encierro. Recibió dos puyazos traseros de los que salió blandeando. Ligeros pitos en el arrastre. Segundo toro, “Buscarillo” con 521 kgs. escandalosamente anovillado, fue protestado de salida por su escaso trapío y su flojedad; manseó en la lidia. Ligeras protestas en el arrastre . Tercer toro, “Burganoso” de 518 kgs. sin trapío, un novillo feo de hechuras, manso y muy flojo. Puyazo trasero sin emplearse el toro y picotazo al relance en terrenos del 1 en la paletilla y picotazo trasero; petición de devolución y bronca a la presidencia; ligeros pitos en el arrastre. Cuarto toro, “Bilbanoso” con 510 kgs., muy protestado de salida, anovillado y sin casta, manseando y con flojedad. Verdadera estafa en la suerte de picar pues recibió dos picotazos el primero al relance en terrenos del 1 caído y trasero, de los que salió blandeando; de nuevo se pidió su devolución y arreció la bronca a la presidencia; pitos en las mulillas. Quinto toro, “Playero I” de 588 kgs. ¿se había equivocado el animal de tarde?. Todo un toro, con trapío y hechuras. Más encastado, empujó en el caballo. Muy mal picado con dos puyazos traseros y bajos sin rectificar; palmas en el arrastre. Sexto toro, “Playero II” con 649; toro largo, manso y con pésimas intenciones. Recibió una malísima lidia y una peor suerte de varas; picotazo al relance y tras recorrer el ruedo recibe otro puyazo tapándosele la salida para terminar con un picotazo intentando fijar al toro; lo dicho un verdadero desastre. Silencio en el arrastre.
Alberto Aguilar, en tarde de confirmación lidió al 1º y al 5º vestido de blanco y oro. Estocada caída y atravesada después de tres pinchazos, un aviso; ligeras palmas. Pinchazo y estocada en dos tiempos trasera, tendida y atravesada Saludos desde el tercio.
Diego Urdiales, vestido de turquesa y oro. Estocada atravesada y contraria. Silencio. Estocada casi entera atravesada y dos descabellos; silencio.
Miguel Tendero, vestido de turquesa y oro con cabos blancos; Estocada baja, atravesada y un descabello. Silencio. Estocada atravesada y contraria. Silencio.
No me pregunten porqué pero según subía las escaleras del Metro de Ventas y oteaba el ambiente ya intuí que la tarde no presentaba buenos augurios. ¿Sería por los nubarrones y el ventarrón que arreciaba a las 5 en punto de la tarde?, no creo; en tardes así hemos vivido faenas grandiosas. Pero sin saber cómo me fue invadiendo una desgana ante lo que iba a presenciar sentada en mi grada del 7. Y a fe que se cumplieron con creces, mis pronósticos más agoreros. La tarde anterior se había vivido en el ruedo la faena más a ley de toda la temporada; Juan Mora, un torero añejo, como los buenos brandis, había dado toda una lección de verdadera tauromaquia en dos tandas de muletazos y un estoconazo en los rubios de su primer animal y maravillados vimos alejarse al torero sabio andando con pasos llenos de majeza y torería. Todavía pesaba el arte grandioso en el aire el día después y parecía que el viento se lo llevaba en sus vuelos a raudales. Por eso la fiesta de toros es tan grandiosa y tan difícil de explicar la afición y emoción que sentimos los auténticos aficionados, pues pasamos del éxtasis de la gloria a la máxima vulgaridad en pocas horas. Y eso es lo que yo, y muchos más, vivimos cuando al final de la tarde salimos del coso lamentando lo visto y vivido sintiendo tan cerca aún la emoción de pocas horas antes. Las comparaciones son odiosas. ¿Y qué pasó para que todo se conjuntara en desastre?, pues en primer lugar que no hubo toros. Ya he mencionado el escaso juego, la blandenguería, la pésima presentación y descastamiento de los toros. Pero los toreros tampoco estuvieron a la altura. Aguilar que venía precedido por su bien ganada fama en ruedos franceses y al que esperaba expectante la afición, en su primero, al que recibió con lances muy toreros, se quedó sin toro muy pronto, lo intentó por ambos pitones dándole distancia pero el animal se quedaba al tercer muletazo y estuvo rectificando terrenos y perdiendo pasos toda la faena. No se puede dudar de su valor y ganas. En el quinto, un verdadero toro de lidia, se le vio nervioso y arrebatado; empezó en los medios dando distancia, pero toreando al hilo del pitón sin cruzarse y acelerado hizo que el toro estuviera por encima del él, sin bajar la mano y acortando terrenos se le vio desbordado, aturrullado, sin saber qué hacer; aún así, seguimos esperando ver a este torero digno y valiente. Diego Urdiales no tuvo su tarde; este torero necesita otro toro con más fuerza y casta para desarrollar su toreo de poderío En el segundo se vio que no había toro después de trastear e intentar con la izquierda dar pases, al final se dio el arrimón y en pases sueltos para decidirse acabar cuanto antes dada la inutilidad del esfuerzo. En el cuarto a un toro que se rajó muy pronto el riojanote toreó a media altura con la derecha sin continuidad, reculando en chiqueros se acabó la faena. Otra vez será, con otros toros. Miguel Tendero, nos demostró que está en la línea del pegapases pueblerino donde haciendo el destoreo corta orejas; le aconsejo que vea el video de la corrida de ayer si quiere seguir en esto. En su primero no empezó mal con una tanda de derechazos obligando al animal a repetir la embestida pero después nos dio un recital del unipase, rectificando, pasitos atrás, sin rematar a un torillo sin casta que iba y venía sin entrega; por el pitón izquierdo el toro no tenía un pase; eso sí, variedad en trincherillas y adornos pero toreo de verdad, nada. Al sexto, un toro largo en hechuras y malas intenciones, nada pudo hacer, sino quitárselo cuanto antes de en medio. Un macheteo por la cara como castigo que obligó al toro a caer y entrar rápido a matar. Al salir se hablaba del Atleti, del fresco que corría, que ya era de noche, que si vas a venir a ver a los Gracilianos el día del Pilar, que te cuides el catarro, que …pero de toreo nada de nada. ¡Igualito que ayer¡, esa es la grandeza de la fiesta.