DETALLES DEL FESTEJO
Plaza de Toros Las Ventas
¿Y el toro, dónde está el toro?
24 Mayo 2011 | Escrito por Yolanda Fernández Fernández-Cuesta | Fotografías de Constante
Corrida de toros. Corrida de toros. Corrida de El Torreón que se lidió incompleta pues el segundo echado al corral fue sustituido por el sobrero de Carmen Segovia, también del encaste Domecq. Todos los toros mansos, descastados y muy flojos de fuerzas; impresentables para Madrid. Presidió Manuel Muñoz-Infante que debió devolver también el anovillado quinto.
Tarde de mucho calor y lleno completo. Al final del paseíllo la afición ovacionó a Juan Mora e invitó a saludar a Manzanares por lo que una parte del publico protestó.
En las puertas de la plaza se repartió La Voz de la Afición.
Primer toro, Celadorillo de 535 kgs. toro hondo, colín con cara pero inválido y sin casta. Mal picado por Prieto que descabalgó en el primer encuentro no por el empuje del toro; muy manso en varas. Silencio.
Segundo toro, Violetita de 530 kgs, anovillado y inválido muy protestado fue devuelto y salió Camorrista con 550 kgs, de Carmen Segovia. Sin trapío, manso y con cuatro años justitos. Picotazo y puyazo trasero, pésima lidia. Silencio.
Tercer toro, Cristalino con 532 kgs. muy flojo, manso, descastado y abrochado de pitones. Recibe dos picotazos, de ambos sale suelto sin picar. Silencio.
Cuarto toro, Trajecito de 560 kgs. soso, manso y muy flojo. Muy mal picado, el primer puyazo en el brazuelo derecho y el segundo trasero en la querencia al no ser parado por el tercero. Silencio.
Quinto toro, Fiestero de 524 kgs. con más cara pero manso y flojo como el resto. Puyazo arriba pero trasero y picotazo atrás. Silencio.
Sexto toro, Barbarosillo con 581 kgs. manso, descastado y brocho de pitones con algo más genio, flojo. Puyazo trasero y otro en la querencia pues Fernando Pérez se inhibe descaradamente de parar al toro, mal lidiado. Silencio.
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- Juan Mora de ”azul pavo y oro”; Estocada algo trasera, silencio. Buena estocada en lo alto, ovación.
- Jose Mª Manzanares de “obispo y oro”; estocada arriba, silencio. Buena estocada, ligeras palmas.
- Cayetano de “azul pavo y oro”; Estocada desprendida, silencio. Desprendida y atravesada, pitos.
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Tercio de varas: Muy mal picados al relance. No se les llevó al caballo y salieron la mayoría siempre sueltos del encuentro, además el cuarto y el sexto fueron picados en la querencia por culpa de los peones que se inhibieron de la lidia. Puyazos y picotazos traseros, caídos en la mayoría de los toros sin empujar.
Cuadrillas: En general, muy mal lidiados excepto una buena actuación en banderillas de Trujillo al segundo, discreto Agustín Serrano en el cuarto y gran par de Curro Javier en el quinto que pudo sufrir un percance por la pésima labor de la cuadrilla que no hizo los quites necesarios.
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¿Esta es la fiesta que quieren los taurinos...? La plaza llena. En sombra la gente guapa vestida para la ocasión, los fotógrafos de las agencias del colorín enloquecidos, banqueros, artistas, artisitillas...hasta un premio Nobel, Vargas Llosa. En el cartel anunciados toreros de tronío, dos guapos y famosos y uno serio y auténtico. Por cierto, ¡qué pintaba Juan Mora en ese circo mediático!. Pero toros ninguno, faltaba el actor principal, el toro de verdad. Menuda estafa. La tarde presagiaba el desastre y no era una casualidad; estamos acostumbrados que por donde va Cayetano se producen estafas ganaderas siempre. Para empezar no salieron los Román Sorando anunciados por rechazar tres los veterinarios y el ganadero llevarse enfadado el resto; con razón, después de haber sido elegidos por tito Antonio, Vázquez, y aprobados por tito Curro, también Vázquez, se los tuvo que llevar al campo. Pero digo yo, ¿quién este Cayetano en la fiesta para que mande tanto? Hasta ahora no ha demostrado nada más que incompetencia, falta de oficio y destoreo. Si esto le vale en otras plazas, aquí no. Por favor, que no vuelva.
Además estaba anunciado Manzanares, presidente del G-10; esa especie de club de elegidos que dice defender la fiesta; ¡pues de qué manera lo hace el jefe! Apuntándose a una corrida donde el fraude y la estafa estaban garantizados desde el principio. Lo que se dice “el zorro cuidando a las gallinas”. Con estos mimbres así salió el cesto, un desastre; ni ganas, ni quites, ni nada de nada. Ni siquiera se atrevieron a aplaudir los palmeros de siempre; ahora que no digan que la culpa fue del ganado. Son ellos los que eligieron los toros y los que se están cargando la fiesta. Juan Mora, el más digno y torero de la terna, estuvo discreto con el primero al que le dio unos doblones al comienzo de la faena muy toreros pero que al ser un toro sin recorrido no le aguantó ni quiso esforzarse más. Como es el único que sale armado con la espada con rapidez lo despachó; se le agradece la brevedad. En su segundo al que recibió con unos delantales con sabor y torería, llegó sin fuerzas a la muleta y le dio la distancia adecuada y pase a pase intentó alargar la faena, pero fue imposible. Este torero no debe entrar en carteles así pues ha demostrado de sobra su pundonor y torería para no tener que compartir el fraude.
Manzanares, muy mal y tratando de justificarse por el ganado. Al primero le recetó una lección perfecta del destoreo moderno: despegado, enganchones, pasito atras, pico..., y a su segundo, que como manso iba mejor en los adentros, se lo sacó a los medios, no se si por desconocimiento -no creo- o por intentarnos engañar para justificar su falta de ganas; allí el toro se paró y sin quietud, ni mando, ni toro...no hubo nada de nada. Lo que es innegable es que es un verdadero matador de toros, por su eficacia y buenas maneras de matar.
De Cayetano, ¡qué decir de Cayetano! que no vuelva y se dedique a las pasarelas. En el tercero dio un recital de incompetencia, Unipases, cada uno en un sitio: uno en Goya, otro en Manuel Becerra y al final en Ventas. Sin quedarse quieto, a merced del torito abrochado de turno: al sexto que tenía más peligro, llegó miedoso, sin ideas, efectista, “enfadado con el mundo” para justificar su incapacidad. En definitiva, muy mal. Este torero ni está cuajado ni lo estará al paso que va. Le quieren sus titos Curro y Antonio proteger tanto, que se les ve el plumero. Si Antonio Ordóñez y Paquirri levantaran la cabeza, ¡qué bochorno!.
Como decía, si esta es la fiesta que quieren los taurinos les auguro que por ese camino tiene los días contados.