DETALLES DEL FESTEJO
Plaza de Toros Las Ventas
Quinta de feria, con casi lleno en los tendidos y un clima propio del momento del año en que nos encontramos, se lidiaron 6 señores toros de Don Jose Escolar, 4 cinqueños y 2 cuatreños, bien presentados, astifinos, y, que defendieron con creces el honor de su divisa, 4 cárdenos y 2 negros entrepelados (2º y 5º) de diferentes y cambiantes comportamientos en función de los matices de sus lidias, y con miradas desafiantes al modo de esos notarios de los años 80. Quinto y sobre todo sexto, que perdió las manos en varias ocasiones, bajaron el nivel de un conjunto de animales que trajeron la emoción y la verdad del toro al ruedo venteño.
D. Lopéz Chaves (Grana y Oro): Dos pinchazos, media estocada. AVISO / OVACION.Pinchazo hondo y descabello. PALMAS.
Fernando Robleño (Azul Marino y Oro): 5 pinchazos y 2 descabellos. AVISO / OVACION. Pinchazo y Estocada baja. OVACION.
Noé Gómez del Pilar (Tristeza y Azabache): Estocada algo baja. AVISO / OREJA. 2 Pinchazos y Descabello. SILENCIO.
Presidente: D. José Luis González González, concedió la vuelta al ruedo a un excelente Cartelero a pesar de no hacer una gran pelea en varas, apenas puyazo y medio, y mantuvo en el ruedo al sexto que blandeó en ocasiones. Actuación que puede considerarse casi correcta, teniendo los antecedentes de alguno de sus compañeros de palco.
Tercio de varas: Los montados en Madrid, no parecen acabar de entender las bondades de picar a los toros delanteritos, y en la mayoría de los casos recetaron sus habituales y castizos traserazos
Cuadrillas: Buenos pares de José Chacon y José Luis Triviño. Las lidias se desarrollaron de acuerdo a las dificultades de los astados, y en ocasiones las muchas pasadas no favorecieron el desarrollo de bondades en los animales.
Desde que Pocapena saltó al ruedo y remató con violencia en las tablas del 9, los paganinis de la piedra nos olvidamos de todas las añagazas, requiebros y chuflas que venimos sufriendo por parte de los profesionales del orbe taurino, un Batan para pobres, sin ningún tipo de cuidado y mimo, un inicio de temporada en la que más de la mitad de los festejos han tenido que ser remendados, alguien no parece estar haciendo muy bien su trabajo, o la negligente incontinencia presidencial del pasado jueves pasaron al olvido ante la casta y la emoción de los guapos animales de Don José Escolar que vendieron caras su vidas, sin regalar una sola embestida y mantuvieron durante las más de dos horas que duró el festejo la atención y tensión en los tendidos.
Domingo López Chaves hizó el paseíllo desmonterado en su última comparecencia en la cátedra venteña, tras 25 años de alternativa enfrentándose a las camadas menos comerciales decía adiós a la afición de Madrid, que le brindó una calurosa ovación en señal de respeto a tan noble trayectoria.
Las palmas sonaron también para recibir a Pocapena de bella estampa, y no muy nobles intenciones, pendiente de todo escarba, a la vez que mueve el rabo planteando los primeros problemas a resolver por el diestro salmantino, arrebata capotes y toma dos varas de Angel Rivas algo traseras. Domingo brinda el toro a público y aficionados y comienza genuflexo por bajo intentando dominar al de Escolar, el viento y las dificultades del animal que sigue escarbando con la cara alta, no facilitan la labor del diestro que es bruscamente volteado, volviendo a la cara del animal sin aspavientos para robarle algún natural de mérito. Dos pinchazos previos a la estocada emborronaron la pelea de torero cabal de Domingo que recibió un aviso y fué premiado con la ovación de la plaza.
Castellano I jugado en cuarto lugar sufrió las iras del picador de turno, en una lidia algo desordenada, una primera vara trasera sin emplearse y una segunda al relance en la que recibió de lo suyo, le dejaron dormido para el resto de la lidia. Alguien del tendido sugería que le habían enseñado latin al pobre animal y probablemente inutilizado para embestir. Medias arrancadas con las que de pinchazo hondo y descabello termina un más que digno López Chaves.
Fernando Robleño vestido como un príncipe paró a Milagroso I con unas emocionantes verónicas en el tercio, y puso al toro en suerte para recibir el tradicional traserazo, recargando el picador y tapando la salida, en un nuevo ejemplo de la lamentable manera en la que habitualmente se desarrolla la suerte de picar en Madrid. En dos ocasiones acude el toro al caballo, antes de pasar a las banderillas, se cuela en el capote Victor Saugar Pirri en un proceso de continuo aprendizaje. El de San Fernando se saca la pesada embestida cerca de las rayas y comienza la batalla por dominar a su contrincante, emocionantes derechazos a un toro que no humilla. Otra serie por la derecha aguantando la desafiante mirada de Milagroso, y turno para la zurda, cruzándose, de uno en uno con la ayuda para protegerse del viento. Cuatro derechazos finales, un cambio de mano amontonado escrutado por la mirada del Albaserrada, y uno de pecho antes de perder el trofeo por el mal uso de la tizona. Un toro nada fácil, incierto en su arrancada, sin humillar y la actitud de un consumado maestro nos acercan a la verdad del Toreo.
El quinto de la tarde Toledano lo recoge con temple Robleño sobre las piernas para llevarlo al caballo donde empuja con la cara arriba, se duerme en el peto quedándose enganchado, capotazos de Raúl Ruiz para sacarlo, y un segundo puyazo solo señalado, y un leve picotazo al relance. Banderillas calamitosas de una en una, y Cantora se lleva el toro al burladero del 7. Y allí vuelve a comparecer Robleño con la pañosa en la derecha para sacarse al toro con andares toreros. Toledano embiste a media altura, y el diestro trata de alargarle las embestidas bajándole la mano en dos series por la derecha antes de coger la zurda, buscando la colocación y de uno en uno. Animal nada fácil, faena trabajada, de tiempos y distancias, tratando de arrancar las embestidas, que culmina con dos series de naturales de mucho mérito, y un pase del desprecio pletórico de torería ante tanta brusquedad, de nuevo negado con la espada recoge una ovación.
Comparecía Noé Gomez del Pilar ante Cartelero número 63, 509 kilos de cárdeno bragado, sacándoselo hacia los medios el toro ya apuntaba sus ganas de humillar que confirma al dejarlo en suerte el diestro para el primer puyazo de Sangüesa, acude pronto al caballo metiendo la cabeza abajo para recibir la tradicional puya trasera, pelea muy corta, Noé lo deja largo y recibe una leve vara. Buen par de Triviño, Cartelero galopando en banderillas y pocos capotazos. Detalle de Gómez del Pilar brindando el toro al Maestro López Chavez, gesto de torería y reconocimiento de los apartados del sistema. Inicio con el toro queriéndose comer la muleta, y primera serie vibrante con la derecha, la segunda dándole más distancia y el animal con los belfos por el albero. En la siguiente cuando el torero se quiere relajar, el toro le avisa, yo no soy de los otros y le empala salvándose de milagro. Vuelta a la cara del burel, ayudados con la izquierda, el animal escarba, y regala cinco encastadas embestidas por abajo. Vuelta al toreo en redondo, última serie de ayudados por alto antes de irse por la espada, quizás una tanda más por la izquierda no hubiera sobrado. Suena un aviso antes de finiquitar en la suerte contraria con un buen espadazo. El encastadísimo Cartelero se traga la muerte en muerte de bravo, oreja para el torero, y vuelta al ruedo para un toro con discreta pelea en varas. Primera vuelta al ruedo en Madrid a un toro de Escolar.
El sexto Amado, una pintura cárdena, fue el más flojo del festejo, perdiendo las manos en dos o tres ocasiones y le impidió cualquier posibilidad de lucimiento.
Una tarde plena de contenido sustentado por los toros de Don Jóse Escolar, y el esfuerzo de los 3 toreros que esperamos sean alimento para lo que está por venir.
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