
DETALLES DEL FESTEJO
Plaza de Toros Las Ventas
Plaza de toros de Las Ventas del Espíritu Santo.
10/05/2025. Corrida de toros (segunda de abono). Más de tres cuartos de entrada (20.586), mucho hueco en los tendidos 2 y 3.
Toros de las ganaderías: El Pilar, Castillejo de Huebra y Villamarta.
Tarde fría y desapacible, muy ventosa, en la capital de España en la que estaban anunciados en el cartel toros de la ganadería de El Pilar, desiguales de presentación que mansearon en varas y blandearon a lo largo de toda la corrida. El encierro no se lidió completo ya que fueron devueltos 5º y 6º, ocupando el lugar de los titulares un toro de la ganadería de Castillejo de Huebra, bien presentado y noblote, y de Villamarta, un manso escarbador de embestida incómoda.
La plaza tuvo un ambiente un tanto “botellonero” sobre todo en los tendidos 4, 5 y 6, haciendo que surgiesen situaciones de lo más bochornosas, impropias de la plaza más importante del mundo.
Diego Urdiales, de negro y oro: pinchazo y estocada muy defectuosa que hizo guardia. Silencio. Con el segundo de su lote, estocada delantera. Silencio.
David Galván, de lila y oro: estocada entera, pero trasera tras dos avisos. Petición de oreja y vuelta al ruedo. En su segundo, quinto bis de la tarde, estocada entera. Petición de oreja y vuelta al ruedo con división de opiniones.
Víctor Hernández, de buganvilla y oro: media desprendida. Oreja. En su segundo, sexto bis, pinchazo, aviso, dos pinchazos más y estoca defectuosa. Silencio.
Presidente. D. Ignacio Sanjuán Rodríguez. Parece que volvió el rigor al palco de la monumental. Concedió la oreja tras una petición justa y no le tembló el pulso a la hora de sacar el pañuelo verde, aunque quizá también debió sacarlo en el primero que mostraba cierta descoordinación. Acertado también en los avisos.
Tercio de varas. Este apartado bien podría quedar en blanco. Los tercios fueron, en general mal ejecutados y con poca o nula pelea por parte de los animales. Urge revisar la cuestión del peso de los caballos que componen la cuadra, es un despropósito que se aprecia a simple vista. Otra tarde más en la que se nos roba un tercio y van…
Cuadrillas. No fue, tampoco, una tarde en la que las cuadrillas estuviesen lucidas. Siempre profesional Juan Carlos Rey y atento Roberto Martín “Jarocho”.
1º BURREÑITO: nº 15. Colorado chorreado en verdugo, 606 kg, nacido en agosto de 2020. Mostró cierta descoordinación, pero aguantó en el ruedo. En la primera vara, terriblemente ejecutada, se dolió, la segunda fue mero trámite, saliendo suelto. Silencio al arrastre.
2º BURREDOR: nº 51. Colorado. 575 kg, nacido en enero de 2021. Toro noblote, algo soso, con buen pitón derecho. En el primer encuentro con el jinete el animal salió suelto de un puyazo defectuoso, en el segundo también tuvo este comportamiento, evitando la pelea. Silencio en el arrastre.
3º BUSCA-ORO: nº 961. Castaño, 555 kg, nacido en febrero de 2020. El animal tuvo su casta y fue revoltoso y complicado desde que salió por la puerta de chiqueros. Israel de Pedro pinchó en el primer encuentro, teniendo que rectificar, el toro parecía tener cierto empuje, pero fue un espejismo. En el segundo de los encuentros el toro salió huido y en tercero fue paletillero. Un desastre de tercio. Tímidas palmas al arrastre.
4º BURRIÑO: nº. 20. Colorado anteado, 593 kg, nacido febrero de 2020. Un mansurrón evidente. Primer puyazo muy dañino y el segundo tampoco ayudó a hormar al toro ya que fue excesivamente trasero. Silencio en el arrastre.
5º SEMBRADOR (Castillejo de Huebra): nº 50. Negro, 568 kg y nacido en marzo de 2021. Noblote, descastado y apagado. En el primer puyazo no se entregó y del segundo casi ni nos enteramos. Silencio en el arrastre.
6º RIOJANILLO (Villamarta): nº 26. Castaño, bragado, meano corrido y axiblanco, 577 kg y nacido en octubre de 2019. Manso, escarbador y de embestida fea. Entró con la cara muy alta al caballo en sus dos encuentros, si es que se puede llamar encuentro. Silencio en el arrastre.
La tarde fue interesante en líneas generales por la dificultad que mostraron algunos animales y la intención que puso el joven Víctor Hernández.
Diego Urdiales no sabemos si vino o si fue. Es cierto que el viento le molestó mucho en la lidia del cuarto de la tarde, Burriño, pero en el primero no soplaba tanto y tampoco es que estuviese espléndido. El riojano no planteó en ningún momento la faena, si bien es cierto que Burreñito andaba muy justo de fuerzas y cualquier intento de bajarle la mano acababa con el animal por los suelos, él tampoco tiró ni de oficio ni de intención. Aun así, el bóvido no merecía esa estocada haciendo guardia que fue jaleada por la mitad de la plaza de manera incomprensible. De la lidia del cuarto se desentendió por completo en el tercio de varas y ante un mansurrón que acusó la mala lidia, poco pudo hacer. Otra tarde más en la que se confirma que la hagiografía del de Arnedo es digna de entrar en el canon eclesiástico.
Y llegó David Galván, aseado y voluntarioso, pero con defectos que parece no querer o saber corregir. Estuvo perfilero, especialmente con Burredor, aunque hizo una faena muy jaleada por un público de sábado al que le pasa lo que a Urdiales, que no sabe si va o si viene. Brindó al público en su primero y realizó una faena larga, muy larga (hay que tener en cuenta que le sonó un aviso, sin haber entrado a matar), en la que, claro, se pueden rescatar algunos muletazos de cierta hondura para terminar jugando al arrimón que eso siempre calienta al respetable. Se ganó una petición de oreja no concedida y se dio una vuelta al ruedo después de escuchar un segundo aviso.
Cuando le devolvieron al que salía en quinto lugar y anunciaron el ejemplar de Castillejo de Huebra, debió de pedir las sales porque la hazaña maña todavía está muy reciente, pero nada tenía que ver este Sembrador con los que salieron en la plaza de la Misericordia. Tampoco supo transmitir emoción ni hondura con este noblote toro. Otra vuelta al ruedo tras petición, por pedir que no quede. En fin, que tiene camino por recorrer, pero debe tener cierta comprensión con un público que empezaba a no sentir las puntas de los dedos y él se empeña en dar muletazo tras muletazo.
La tarde estaba fría y Víctor Hernández fue el único con arrojo para atemperarla.
Víctor Hernández está hoy en la boca de todos los aficionados y de una forma merecida. El joven matador de Los Santos de la Humosa revolucionó los tendidos con un toreo de pies asentados, tragando y poniéndose en lugares donde Busca- oro, el tercero de la tarde, se sentía agredido. En sus tandas por naturales fue desarmado varias veces y es que la embestida y el cabeceo del toro no le pusieron a Hernández nada fácil la tarde, pero no se amedrantó y consiguió dar una serie de pases de mucho mérito. Hizo callar a los ruidosos tendido de Las Ventas y ganó una oreja de peso que, espero, le sirva para ser tenido en cuenta por los empresarios. Este chico necesita torear porque tiene una potencia inconmensurable y la única forma de que se convierta en acto es toreando y toreando.
Y ¿por qué necesita torear? Pues porque en el sexto le faltó ambición, otros (aquellos con los que se compraba después de la corrida y cuyo nombre ni siquiera me atrevo a escribir), habrían salido a comerse el mundo y Víctor salió a estar correcto.
Hay torero y esperanza, pero, por favor, no lo comparemos. Víctor Hernández es VictorHernández, que otros a los que se les ha comprado antes están por ahí arrastrando el capote con más tristeza que una despedida en la estación.
La empresa estará contenta con la tarde de ayer: salió el ejemplar de Villamarta al ruedo, el pobre animal ya conocía por su nombre y apellidos a todos los acomodadores de la plaza del tiempo que llevaba como sobrero. Acomodadores, por cierto, que tienen que lidiar con los botellones de todos los años de un tiempo a esta parte. Acomodadores que no tienen autoridad para decirle a los incívicos que no se tiren las almohadillas desde lo alto. Acomodadores que no dan abasto para colocar a la gente que llega tarde y con la copa en la mano ni para imponerse a la hora de decir que con el toro en la plaza uno no se levanta.
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