En un día triste para nuestra asociación por el fallecimiento de nuestro socio fundador, ex presidente y sobre todo amigo, Salvador Valverde Parra, un ejemplo como aficionado, una persona defensora de la integridad del espectáculo y sobre todo del TORO, que cumplió su sueño de ser ganadero. Querido y admirado Salva, siempre te recordaremos. D.E.P. A las 20:00 horas empezó la tertulia después de guardar un respetuoso minuto de silencio en su memoria. Y qué mejor homenaje le podía dar su Asociación que hablar de toros con un ganadero de auténtico caché como es don Álvaro Núñez Benjumea, ganadero del hierro “Núñez del Cuvillo”, muy cotizado y requerido por las figuras actuales. Tras una breve presentación se cedió la palabra al invitado, quien empezó contándonos cómo, desde bien joven, ha vivido y vive en el campo, actualmente con toda su familia, respirando el ambiente ganadero, su trabajo y dedicación a la crianza del toro bravo. Siempre a la sombra de su padre, don Joaquín Núñez del Cuvillo, aprendió los conocimientos básicos para llevar una ganadería. No podía comenzar su exposición sin hablar de cómo debe ser un toro bravo desde su punto de vista. Para nuestro invitado, el toro de presencia tiene que tener trapío, cuajo, que muestre seriedad, pero eso no lo dan los kilos ni los pitones. A él le gusta un toro de entre 480 y 520 kilos, con morrillo pero no excesivamente apelotonado, que sea bajo, reunido de cuerna, astifino. Para él, la bravura es superarse en el castigo, crecerse, que el toro vaya a más, pues lo normal en cualquier otro animal sería la huida cuando se le castiga, añadiendo que la bravura no es algo estereotipado ni natural, sino que se consigue de manera artificial, de ahí la importancia en la selección y su exigencia. Comentó que el toro bravo actual es el de más volumen de todos los tiempos, que tiene más fiereza, acometividad y al que más le exigen los toreros, pues en esta época es cuando se torea con la mano más baja y se le da mayor número de pases, tanto con el capote como con la muleta. Definió también que la Fiesta y sobre todo el toro han ido evolucionando según las figuras del toreo en cada momento. Y así ha sido desde Juan Belmonte, más tarde Manolete, pasando por Ojeda y llegando a José Tomás y sobre todo con el criterio y beneplácito de los aficionados, que son quienes sin duda marcan la evolución del toreo. Así mismo señaló que toreros tan importantes como Paco Ojeda, Espartaco, Morante de la Puebla y sobre todo José Tomás han influenciado mucho en su ganadería y en su concepción del tipo de toro. Nos informó que en la actualidad dispone en su finca de unas 800 vacas y 40 sementales de los que, más o menos, la mitad se encuentran cada año con las vacas y la otra mitad descansando y se sinceró diciendo que hay muchas bajas a lo largo de una temporada, ya que suele mandar muchos animales entre hembras y machos al matadero, además de matar unos 30 utreros al año a puerta cerrada y que ganaderos como él, que lidia más de 100 toros por temporada, deben de tener un gran número de hembras, si no sería imposible y el que diga lo contrario miente. Sorprendió a los presentes manifestando que se considera aficionado torerista, pues es un apasionado del toreo y que para emocionarse le hace falta que salga un toro que embista y un torero que esa embestida la sepa interpretar. Hizo una aclaración entre aficionados toreristas y toristas pues, para nuestro invitado, cuando sale un toro serio, con trapio, bravo y embiste enfrentándose a un torero que torea de verdad, ambos se ponen de acuerdo y no existe tal distinción de aficionados. El tema de las fundas salio en la tertulia, argumentando el ganadero que en un principio él no estaba de acuerdo con la novedad de manipular el toro y enfundar los pitones, pero que fue Victorino hijo, el que le hizo ver los factores positivos que conllevan las fundas, pues en el pienso compuesto con que se abastece al ganado, se encuentra el componente de almidón que tienen los cereales y éste es absorbido de manera distinta por los animales, lo que provoca un cierta inflamación con picor en la punta del pitón y por ello los toros se rascan y se desgajan los pitones. Con el asunto de las fundas, se habló también del afeitado, asegurando que “efectivamente se afeita” y que para él el afeitado se forja tanto para sacar punta de los pitones como para quitarla, puntualizando que cuando un toro se rompe un trozo de pitón en el campo y a éste se le arregla, ese toro dará positivo en los análisis de astas, pues para ello se utiliza una prueba biométrica de que cuando hay perdida de pitón da positivo. Sin embargo, algunas veces a los toros que se les afeita, si se les deja poco pitón, pueden no llegar a dar positivo, porque no hay suficiente masa para hacer la prueba. No faltó tampoco hablar de la suerte de varas, a lo que nuestro invitado recalcó que para el resurgir de este tercio y que vuelva a brillar es esencial la reducción del peso, tanto del peto como del propio caballo e igualmente señaló que en la actualidad existen pocos varilargueros profesionales de verdad. Y ya finalizando, nos señaló que da gracias porque tiene una buena finca con pasto natural, pues así su ganado necesita poco pienso, asegurando que por eso sus toros tienen unos pitones más largos y más finos, porque los toros que comen mucho pienso tienen menos pitón y su mazorca es más gorda. Se recordaron varios ejemplares suyos lidiados en nuestra plaza de Las Ventas que dieron buen juego, como “Berlanguillo”, “Ventanero” y “Aguasfrias”, por citar a los más recientes, señalando que a los dos primeros les cortaron las dos orejas Miguel Ángel Perera y Sebastián Castella respectivamente e igualmente recordó la gran corrida que lidió en octubre del 2001, destacando la labor de Luis Miguel Encabo, que tuvo que despachar a cinco ejemplares por cogidas de los otros espadas. Se tocaron también otros temas, como su marcha de la UCTL, su exigencia en la tienta, su sanción de no poder lidiar en Béziers durante un tiempo y nombró otras ganaderías que llevan sangre Núñez del Cuvillo, como son Ana María Bohórquez, La Palmosilla y Guadalmena, por citar alguna. Y al hacerle preguntas y contestar con su versión personal hubo discrepancias en muchos temas y acuerdo en otros. A las 21:30 tuvo que finalizar el acto, quedándose cosas en el tintero. Pero otras quedaron muy claras, pues nuestro invitado se mostró en todo momento con una sinceridad pasmosa, muy educado y respetuoso con toreros, aficionados y ganaderos. Sin embargo debía tomar el último AVE de las 22 horas para volver a su casa, a su finca, pues al día siguiente tocaba herradero, para marcar a ejemplares que algún día quién sabe si nos pueden hacer emocionar a los aficionados en el tendido y a don Álvaro Núñez Benjumea sentirse orgulloso como criador de toros bravos. Ése es el futuro. Y que Dios reparta suerte.