DETALLES DEL FESTEJO
Plaza de Toros Las Ventas
Así no, Manuel
07 Junio 2012 | Escrito por Pepeíllo. | Fotografías de Constante
Corrida de toros. Feria de la Cultura. En la 2ª de feria se han lidiado toros de El Puerto de San Lorenzo: encaste, Atanasio Fernández. Tres cuartos de entrada.
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- Manuel Jesús, El Cid: De grana y azabache. Estocada que sale trompicado. Silencio. Pinchazo bajo. Se auto descabella el toro. Silencio.
- Daniel Luque: De berenjena y oro. Estocada arriba tirándose por derecho, oreja. Estocada baja. Saludos con protestas.
- Thomas Dufau (Confirma) De blanco y oro. Estocada trasera y desprendida, aviso. Silencio. 2 pinchazos y un bajonazo de juzgado de guardia. Silencio.
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Preside D. Manuel Muñoz Infante. En esta ocasión el Presidente cambió su función y en lugar de hacer de representante de la autoridad, se comportó como un empresario y mantuvo en el ruedo al primero y segundo de la tarde, inválidos. El primero era el de la confirmación de Thomas Dufau. Que poca delicadeza Sr. Presidente.
Suerte de varas: No hubo nada destacado en el juego de los toros en el caballo, que no fuera la mansedumbre y la escasez de fuerza, junto con las ventajas que relucen en los montados tarde tras tarde, picando trasero, en los bajos y tapando la salida natural de los toros.
Cuadrillas y otros: Salvo un capote que sacó de apuros a un peón de la cuadrilla de Thomas Dufau al hacer el toro hilo con el torero, la actuación de los subalternos estuvo llena de vulgaridad, como es casi habitual. Da la impresión que estos toreros de plata lo tienen todo ganado, menos a los aficionados, que son los que pagan y menos respeto merecen. El público se permitió aplaudir al primer toro en el arrastre y un par de banderillas a toro pasado y sin reunir de El Algabeño en el quinto de la tarde. En fin, es el que paga y hay que respetar sus opiniones, lo que ocurre es que cuando los toreros de plata parean y en la mayoría de los casos se dedican a dejarlas y en muchos caso a tirarlas a los lomos de los toros, como pasó ayer, sin cuadrar y sin reunir, lo que hizo El Algabeño les parecería que había inventado el cuarteo.
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La ganadería de El Puerto de San Lorenzo está presente en todas las ferias que se celebran en esta plaza, sea en primera convocatoria o en segunda. Ayer sembró el ruedo de invalidez y de mansedumbre, y cuando algún toro sacó algo de casta, aunque sea mala, los toreros estaban al quite para sacar de sus engaños las ventajas que vienen luciendo desde que son matadores. Alguno de ellos, en épocas pasadas, llegaron a cautivar con su pureza a los aficionados de esta plaza, para seguir posteriormente el camino de la vulgaridad absoluta.
Así es como los aficionados vieron ayer a El Cid. Este torero no levanta cabeza, desde que decidió unirse a ese tropel de coletas que destapan los tarros de las ventajas en todas las plazas que torean, siendo alabados por los periódicos que dedican sus páginas a hablar de toros, enalteciendo su toreo como si fueran faenas inolvidables. Ayer en su primero daba pena verlo medrar una faena ante un toro invalido pero que a la postre no pudo sacarle ni un pase que no fuera metiéndole el pico y sin cruzarse en ningún momento. En este caso y al ser un torero mimado y respetado por los aficionados de esta plaza, lo que debía haber hecho es haber sometido al toro y no hacer de enfermero, y si rodaba por la arena, que cada uno sienta lo que ha hecho, haber si llegan de una vez presidentes independientes que tengan los mismos intereses que los aficionados que pagan su localidad, y hagan lo que indica el reglamento. Fue una pena ver a este torero en la situación en que se encuentra. En su segundo y ante un toro blando y encastado que desarrolló sentido durante la lidia y que llegó a la muleta destilando mucho peligro, no pudo con él. El Cid, que siempre destacó por tener una muleta poderosa, hoy se le ha visto sin recursos.
Por su parte Daniel Luque tuvo en su primero un enemigo que mostró blandura durante el primer tercio de la lidia, pero que se vino arriba en banderillas y acudíó a la muleta con tranco y prontitud, pero el torero no supo sacarle con el engaño lo que el toro le puso en sus embestidas, que no era ni más ni menos que el triunfo. Toreó fuera de cacho, con el pico y descomponiendo la figura, escondiendo la pierna contraria, no logrando en ningún muletazo embarcar al toro con los dos pitones dentro de la muleta y en los pases de pecho aprovechaba el viaje del toro. Es el toreo moderno, o el aficionado se acostumbra a él o…. Lo mejor fue la estocada. El público triunfalista le premió con una oreja. A su segundo no consiguió pararlo de salida, aunque tampoco debía quitarle el sueño este detalle ya que pocos coletas lo hacen, o saben hacerlo. El burel fue un manso para que el ganadero se pensara su futuro como aficionado a la cría de ganado bravo. Se conoce que a estos ganaderos les vale todo. Cuando decidió tomar la muleta tuvo que ir detrás del astado para conseguir darle un pase aquí y otro allá. Tampoco el torero mostró los recursos necesarios que requería la ocasión, ya que cuando el manso bravucón le apretaba lo desbordaba. Al final se hizo daño en la mano derecha y decidió tomar el estoque, sino aun está detrás del toro.
El torero francés Thomas Dufau confirmaba alternativa y tuvo la desgracia de tocarle un presidente que no estuvo a la altura que merecía la ocasión El toro de su confirmación debía haberlo enviado a los corrales, el mantenerlo en el ruedo privó al torero la ocasión de haber triunfado en este día tan señalado en su carrera. También tuvo en su contra el aire, que marcaba a su enemigo el camino del peligro, no obstante, el torero sacó a relucir algunos detalles que calaron en los aficionados. Algunos derechazos tuvieron mucho mando y se le vio muy asentado en la arena, aunque su enemigo no trasmitió absolutamente nada, y todo lo que el torero hiciera carecía prácticamente de valor. Lo único desconcertante de la actuación del público fue que le dedicó una tímida ovación al toro en el arrastre. En su segundo, y ante un animal manso y descastado y sosote en la muleta, el torero trató de justificar su contrato, pero no consiguió llegar a los tendidos ya que el toro no se lo permitió y el torero abusó del toreo moderno. Al aficionado le quedó el sabor para volverlo a ver, pero, con toros, aunque esto, incluso en Madrid, está cada día más difícil.