1ª tertulia de la asociacion el toro de madrid (2015-2016) No pudo comenzar mejor el inicio de las tertulias invernales que La Asociación el Toro de Madrid tiene a bien organizar en la etapa invernal. En honor a la verdad, la parte organizadora del evento vio gratamente desbordadas sus previsiones de asistencia de aficionados que llenaron la sala Federico García Lorca, a la vez que sintió en gran medida que muchos de ellos tuvieran que estar de pie. Por lo cual pide perdón a todos aquellos que sufrieron esta incomodidad, como asimismo, que la voz de nuestro invitado no llegara a todos los rincones de la sala con la nitidez que implica su entendimiento. Muchos jóvenes acudieron a la cita, los cuales fueron gratamente recibidos ya que ellos son el presente y el futuro de esta denostada fiesta a la cual nos une nuestra pasión. Entrando en faena, en primer lugar diré que nuestro invitado mostró muchas tablas en este tipo de eventos, lo cual y dada la distensión que marcó en todo momento la tertulia, él puso el sosiego que da la experiencia de ganadero y según expuso, tan necesario en la crianza de sus toros, ofreciendo respuestas claras y concisas a todas las cuestiones que aparecieron en el ruedo de preguntas. El comienzo estuvo impregnado por una introducción a cargo del presidente de La Asociación el Toro de Madrid. D. Roberto García Yuste, que colmó de halagos a nuestro invitado y a los aficionados presentes, (ya era hora que alguien no esté en la línea de la denostación de la fiesta), comentando que ante un plaza llena, Miura nunca falla, añadiendo que La Asociación el Toro de Madrid quizá sea el último reducto de aficionados en línea con la exigencia que debe imperar en la fiesta, con el propósito de evitar que se convierta en el hazmerreir de los espectáculos públicos. Continuó con críticas a la disminución de exigencia en cuanto al trapío de las corridas en plazas que en otros tiempos fueron abanderadas, como Bilbao y Pamplona. Sacó a relucir lo más destacado durante la temporada en Las Ventas: Un toro de Moreno Silva, la faena de Morenito de Aranda en la corrida Goyesca, los naturales de Paco Ureña y la lidia de Rafaelillo. En cuanto a la ganadería de Miura destacó el recorrido en el tiempo de su vacada, al toro Zahonero, lidiado en la feria de San Isidro del año pasado, y el juego tan desigual que ofreció su ganado en la última feria de San Isidro. A continuación, la secretaría de la Asociación, Esther Arribas González, llevó a cabo un recorrido pormenorizado de la ganadería desde sus inicios hasta nuestros días, que iremos desgranando junto a la intervención del ganadero. Expuso muchos datos de la ganadería de Miura, destacando que su crecimiento como ganadero estuvo basado en la leyenda negra y en los triunfos cosechados, aunque con el tiempo fue modificando el comportamiento de sus toros, manteniendo la morfología y el nivel de exigencia, cambiando la mansedumbre por la bravura. Una vez que el ganadero tomó la palabra matizó que Juan Miura nació en el año 1.802 en Sevilla y no en Navarra, como se había especulado, añadiendo que comenzó a trabajar en una sombrerería como oficial sombrerero y terminó siendo propietario. El fue el fundador de la saga ganadera, pero no tuvo mucha influencia en la selección del ganado, siendo su hijo Antonio Miura Fernández el que formó la ganadería. Primero adquirió ganado manso y posteriormente bravo, por el hecho que éste era más rentable. El primer lote lo adquirió en el año 1.842 a Antonio Gil Herrera y estaba compuesto por 220 vacas, procedentes de la casta fundacional Gallardo, del Puerto de Santa María, las cuales fueron eliminadas casi en su totalidad en una escrupulosa selección. Posteriormente, en el año 1.849 compró otro lote de la misma procedencia, quedando con esto como propietario de casi la toda la ganadería de origen Gallardo. Entre los años 1.851 y 1.852, llevó realizó varias compras del encaste Cabrera a través de José Rafael Cabrera y posteriormente de Jerónima Núñez de Prado, quedándose con casi todo el ganado de este origen. Los antecesores de nuestro invitado llevaron a cabo cruces con ganado de otra procedencias, como por ejemplo: con dos sementales de Arias de Saavedra, puro encasta de Vistahermosa en la línea del Barbero de Utrera, cruzados con un lote de vacas de origen Cabrera, dando con ello un tipo de toro largo, agalgado y fino, de complexión fuerte y extraordinaria agilidad, otro con el toro “Murciélago”, del ganadero Pérez Laborda, de casta navarra, indultado en Córdoba por Rafael Molina, Lagartijo y regalado por éste a Antonio Miura Fernández, con un semental de nombre “Banderillo”, de la Viuda de Tamarón y por último con un semental de Veragua. A criterio del ganadero, estos encastes fueron desapareciendo por absorción. En la transición del ganado manso al bravo, Juan Miura puso como condición a su hijo el deshacerse del ganado manso, hecho que Antonio Miura Fernández accedió. Este ganado fue todo al matadero y sirvió como alimento a la escuadra inglesa que en aquellos tiempos se encontraba fondeada en Gibraltar. Esta ganadería hizo su presentación en Sevilla en el año 1. 846, con una corrida de toros. Juan Miura falleció en 1.860, haciéndose cargo de la ganadería su esposa, Josefa Fernández, quien en el año 1.861, cede a su hijo Antonio la ganadería y el patrimonio familiar. En realidad era éste quien llevaba el control de la vacada., destacando nuestro invitado que todos los terrenos donde pastaba el ganado lo tenían arrendado, El Cuarto y y Los gallos entre otras fincas. La ganadería en manos de Antonio Miura Fernández se presentó en Madrid en el año 1862, donde el toro de nombre Jocinero corneó mortalmente al torero Pepete, comenzando con ello la historia negra de esta ganadería. Antonio Miura Fernández falleció en el año 1.893 sin descendencia, continuando con la dirección de la ganadería su hermano. Eduardo, alcanzando el máximo esplendor. Al fallecimiento de este ganadero en 1.917, lo sustituyen sus hijos, José y Antonio Miura Hontoria, abuelo y tío abuelo de nuestro invitado, los cuales, en 1.940 cedieron la dirección de la ganadería a Eduardo Miura Fernández, padre de nuestro invitado, que por dicha llegó a llamarse igual que su abuelo. Su padre es quién más tiempo estuvo a cargo de la vacada. Con este ganadero se llevó a cabo el traslado del ganado a la finca de Zahariche, propiedad de su esposa, Maruja Martínez. Mostró nuestro invitado su extrañeza ante los motivos que la ganadería haya durado tanto tiempo en manos de la misma familia, argumentando que la base fundamental de este hecho es que el control ganadero lo lleven a cabo un número reducido de personas y que no se hayan producido divisiones familiares en la ganadería, añadimos nosotros. Gran parte de sus conocimientos los heredó de su padre y de su tío. Hablando del futuro explicó que tiene otro hermano casado pero no tiene descendencia, y el único miembro familiar que puede seguir con la tradición ganadera es su hijo, de 26 años. Añadió que en la actualidad continúan con la misma mecánica de crianza que hace 50 años. Sobre la evolución, comentó que para continuar en primera línea ganadera hay que ir evolucionando a la par que los gustos de los públicos, para lo cual da una serie de ejemplos comparativos sobre lo que acontecía en los ruedos en los festejos de antaño que hoy causarían estupor en cualquier plaza. Comparó D. Eduardo Miura Martínez la tradición de su larga familia en la crianza de ganado bravo, con la de los vaqueros que trabajan en su casa, indicando que hay familias que llevan cinco generaciones prestando sus servicios. Durante el ciclo de preguntas aparecieron temas muy variados donde el ganadero fue respondiendo a cada una de ellas sin ningún titubeo. Expuso que en el año 2017, su ganadería cumplirá 175 años de existencia. Del juego de sus toros en la temporada pasada destacó la corrida lidiada en Villarrobledo, pero que desgraciadamente no tuvo la misma repercusión que en plazas de primera. Lamentablemente así es, añadimos nosotros. Comentó que lleva 40 años lidiando en Pamplona y dada la confianza que ha mostrado la gestora con su ganadería es fiel a su petición. Un aficionado le señala que en los mentideros taurinos se comenta que no tiene sementales destacados, a lo que nuestro invitado respondió que el problema de su ganadería es el refresco de la sangre, ya que no tiene donde acudir en casos de problemas de consanguinidad. Por este motivo no suelen tener a los sementales mucho tiempo en fase de cubrición. Respecto a la compra de ganado procedente de Tabiel de Andrade, el ganadero respondió que esta operación fue llevada a cabo por Antonio Miura Fernández y su cuñado, pero que posteriormente fue vendido. Respecto al problema de cruces no deseados entre animales de distintas ganaderías, añadió que en otras épocas no había en el campo el control que hay en la actualidad y era normal que dada la proximidad de las ganaderías en el campo había toros que saltaban las vallas y cubrían a vacas de otras ganaderías. Igualmente añadió que antes los cruces eran más opacos, se le echaban a un grupo de vacas un número de sementales y los productos no tenían una identidad reconocida. Respecto al hierro de la ganadería, primero perteneció a Antonio Carigas y cuando lo adquirieron llevaron a cabo algunas modificaciones en el dibujo. Respecto a la venta de ganado de Miura, el contertulio indicó que su bisabuelo, Antonio Miura Fernández, vendía ganado a todo el que lo deseara. Por este motivo vendió a Palha y a Florentino Sotomayor, político y hacendado cordobés. El caso de Palha comentó D. Eduardo, que su antecesor le cedía utreros para cubrir sus vacas, apuntando que el ganado actual de esta ganadería tiene relación con la existente en aquellos tiempos. Aprovechando el momento histórico de la época de su bisabuelo narro algunas anécdotas entre Joselito, Belmonte y el duque de Veragua. Respecto a las capas de su ganado y atendiendo una pregunta de un aficionado, comentó que el que salgan más o menos toros de capa cárdena van por temporadas, lo que ocurre es que los toros sardos y salineros manchan mucho la ganadería, añadiendo que no tiene en cuenta estos detalles. No suele acudir a las plazas a ver sus toros, se limita a verlos por televisión, pero se alegra mucho del triunfo de los toreros que lidian sus corridas. Respecto al trapío comentó que de abril a agosto los toros cambian mucho. Considera que a su ganadería se le exige mucho, y no está de acuerdo con los términos usados en la actualidad en cuanto a público torista y toreristas, considerándolos términos que marcan el estado actual de la fiesta, donde las figuras se limitan a torear ganaderías que no transmiten nada al tendido, desentendiéndose totalmente de las ganaderías denominadas duras, donde nuestro invitado dio una relación de toreros que en otras épocas no hacían ascos a ninguna ganadería, destacando en este hecho a Manolete, que exigía ganado duro cuando tenía que enfrentarse a las figuras de su época ya que estaba seguro que era superior a sus contrincantes. Hoy se mide la cantidad en lugar de calidad, es lo que marca la sociedad. Un aficionado destacó que en esta ganadería no se ha indultado nunca un toro, a lo que añadió el ganadero que el día que ocurra este hecho la gente pensará que sus toros ya no son miuras, destacando que el toreo actual se basa en la muleta, no teniendo en cuenta el comportamiento en las demás suertes, sobre todo en el caballo. Respecto a lidiar en Madrid en la próxima feria, indicó que le han pedido una corrida, pero hasta pasado navidad no habrá negociaciones. En cuanto a la corrida celebrada en Nimes, donde El Juli se anunció con sus toros y que salió sin fuerza, los sobreros eran de Garcigrande, y los aficionados franceses se enfadaron mucho con este hecho. Sobre la denuncia y demás consecuencias, comentó que Simón Casas, no puede desprestigiarle ya que su credibilidad está por encima de la él. Respecto a los tentaderos dijo que exige a los toreros que se ajusten a sus criterios, dejándoles plena libertad en la muleta. Tampoco permite que los graben en video este hecho es norma de la casa. Respecto a la puya retráctil, la han probado en sus tentaderos y han comprobado que la herida en los animales es mucho más profunda, aunque considera que la puya actual es más sangrienta que la de antaño. Consideró que el toro Zahonero hizo méritos suficientes para la vuelta al ruedo. Respecto al comportamiento de sus toros, comentó que lo más importante es no dudar en ningún momento y que el toro note firmeza, como asimismo no dar voces en su entorno, ya que este hecho los suele excitar, aunque reconoció que sus toros han perdido agresividad. Resaltó en varias ocasiones que suelen pelearse mucho. Todos estos datos iban dirigidos a los toreros noveles presentes en la tertulia. No entiende como estos espectáculos son los segundos en importancia después del futbol y solo se llenen las plazas importantes. Respecto a la elección de las corridas comentó que cuando vienen a elegir el ganado, el ganadero presenta ocho o nueve toros y entre estos el empresario debe elegir la corrida. No dio tiempo para más, seguro que muchas preguntas se quedaron inéditas, pero el tiempo no perdona y dada la generosidad del ganadero, en cuanto a su amabilidad y su sapiencia, solo nos queda agradecérselo de corazón, sobre todo para el bien de la fiesta. Gracias ganadero.