Los toros en Cataluña. Mucha afición y pocas esperanzas brotaron en este rincón de la Asociación del Toro de Madrid durante la visita de los periodistas catalanes Francisco March y Aleyda Baz, que buscan con la ilusión de su trabajo y su afición que la fiesta de los toros vuelva a tener en Cataluña la fuerza que tuvo antaño, a pesar de la oposición de los políticos catalanes y unos cuantos trasnochados ecologistas, que han llegado hasta el punto de prohibir los festejos en toda Cataluña a partir del año 2012. No han servido para nada los movimientos que han tratado de evitar lo inevitable, como por ejemplo la recogida de firmas a favor de la fiesta. Los que viven de estos espectáculos (es decir, los propios taurinos) tampoco se han comprometido lo necesario, como asimismo el colectivo de artistas, en ese momento tan crucial, han sabido dar la cara. Ahora ya no valen parches ni, por supuesto, lamentaciones; lo único que hubiera cambiado el rumbo de esta decisión es que los cosos catalanes hubieran reventado de espectadores. No ocurrió así ni siquiera en la última corrida celebrada en la Monumental, con un cartel de lujo, con lo cual colocaron en bandeja de plata la yugular de la fiesta para que esos políticos necios e incompetentes acabaran con ella. Pero este problema en Cataluña tiene su origen muchos años atrás. A nivel personal, el ser aficionado a la fiesta de los toros en esta comunidad está representando un atentado a la moral ciudadana. Y es por esta causa por lo que nuestros invitados hayan tenido que hacer el hatillo y emigrar a otras Comunidades de su país, donde no existe la intransigencia política ni los valores personales son subyugados por intereses partidistas. Aunque se tocaron otros, el tema estrella de la tertulia fue: “Los toros en Cataluña”. Comenzó su exposición Aleyda Baz, oriunda de Amposta (Tarragona), estudiante de periodismo, crítica taurina a través de algunos medios de comunicación, como Burladero.com y asidua asistente a las tertulias de La Asociación El Toro de Madrid. De voz melodiosa y decidida, comienzaría con un agradecimiento a su compañero de cartel Francisco March, por cederle la palabra, continuando con sus halagos a la fiesta de los toros, de la cual se muestra seguidora incondicional, puesto que no le importaría dedicarle las 24 horas del día, si fuera necesario. Este hecho marcó su vida, ya que llevada por su afición y por el inhóspito trato recibido en su lugar de nacimiento, le hizo abandonar la tierra donde nació y emigrar a Madrid. Tanto March como ella mostraron signos de agradecimiento, ya que Madrid les recibió con los brazos abiertos, tanto por ser catalanes como por las circunstancias que se han dado en Cataluña en referencia al mundo taurino. Los primeros contactos con la fiesta los tuvo Aleyda a través de los festejos populares de los toros por las calles. También su familia tuvo parte de culpa en el despertar de su afición, ya que era fiel seguidora de las corridas emitidas por televisión. Asegura que siempre, uno de los detalles que más le impresionaban era la salida del toro por el portón de chiqueros. Cuenta también que, durante sus estudios, realizó un trabajo relacionado con el mundo taurino y cuál no sería su sorpresa cuando comprobó que tuvo problemas para llevarlo a efecto; primero, para encontrar en el colegio un tutor que se hiciera responsable del seguimiento de estos trabajos y posteriormente para hacer la presentación de su estudio ante el tribunal calificador, todo ello motivado por la fobia que la Comunidad de Cataluña siente, en particular, por la fiesta taurina. La primera corrida que presenció en su vida fue en Tarragona, donde actuaban Enrique Ponce y Litri. Ya de mayor, su afición fue creciendo, hasta convertirse en una verdadera aficionada y estudiosa de todo lo relacionado con el mundo de los toros. Debido a esta vocación, comenzó a sentirse incómoda en su tierra, para lo cual tuvo que buscar otros horizontes con el fin de ver realizado su proyecto. Cuando vio por primera vez la plaza de toros de Las Ventas quedó impresionada y a partir de aquí vivió la fiesta en toda su dimensión, lo cual no quita que siga sintiendo nostalgia por Barcelona. Considera a Madrid la cuna del toreo y a su entender es la que marca las pautas de la fiesta. También llegó a estudiar música, pero lo tuvo que dejar en suspenso por el tirón que tuvo en su personalidad la fiesta de los toros. Posteriormente centró su interés en querer trasmitir sus propias sensaciones vividas durante la celebración de las corridas de toros, para lo cual comenzó a colaborar con medios de comunicación afines a estos espectáculos. Ha asistido también con frecuencia a los toros en Valencia y Castellón. En la actualidad está terminando la carrera de periodismo. Creo que holgaba la pregunta de cuál sería el camino a seguir cuando terminara la carrera. En cuanto a Francisco March Celaya, comenzó su presentación considerándose un exiliado taurino y aunque reside en Barcelona, por razones laborales visita con frecuencia Madrid, ya que es donde encuentra plena libertad, taurinamente hablando. Haciendo un guiño al Madrid de los Austrias, cada vez que visita la Capital del Reino, acude a degustar el chocolate de la Churrería de “San Ginés”. Su nacimiento taurino comenzó cuando vio la primera corrida de toros y toreaba Antonio Borrero “Chamaco”. Este torero actuaba con frecuencia en Barcelona y a partir de ese momento fue su referente taurino. Con el paso del tiempo fue asumiendo todo lo que ofrecía la fiesta desde el punto de vista de aficionado, hasta convertirse en un auténtico defensor de los toros en Cataluña en sus últimos tiempos como periodista. Visitó la plaza de toros de Las Ventas por primera vez el 1 de junio de 1.982, en la denominada “corrida del siglo”, en la que actuaron Ruiz Miguel, Luis Francisco Esplá y José Luis Palomar, con toros de Victorino Martín. Diremos como recordatorio que está corrida marcó a toda la España taurina y todo aquel que la presenció, tanto en directo como en televisión, no quedó indiferente. Destaca como signo anecdótico que, cuando accedió al coso venteño por la puerta de arrastre, besó el suelo de Las Ventas en señal de pleitesía hacía la que considera la catedral del toreo. Se declara un incondicional de Luis Francisco Esplá, desde la primera vez que lo vio torear como novillero y posteriormente en sus relaciones personales. Estos comentarios recordaron a muchos aficionados presentes hacerse la siguiente pregunta: ¿qué hace este torero en la licitación de Las Ventas junto a Simón Casas y Los Choperitas? El tiempo aclarará esa extraña relación. Mencionó también a “El Caballero Negro”, un antiguo miembro expulsado hace años de nuestro colectivo La Asociación El Toro de Madrid. Al parecer, según nuestro invitado, este caballero ha sido compañero suyo en el tendido 5 de La Monumental de Barcelona (donde siempre se situaron los aficionados más puros e intransigentes, equivalente al 7 de Las Ventas) y le ha hecho personalmente culpable de todo lo malo ocurrido en la fiesta en Cataluña. Una vez mencionado esto de pasada y para defenderse de las agresiones verbales de este individuo, así como explicar todo lo relacionado con la verdadera situación taurina actual en dicha comunidad, llevó a cabo la lectura de unas notas que había escrito personalmente, las cuales denominó: “Reflexiones sobre la fiesta en Cataluña”. En ellas salen a relucir, entre otros, el estado actual de la fiesta taurina en Barcelona, donde aún quedan aficionados fascinados por ella y otros que la consideran impropia de una sociedad del siglo XXI. Certificó que la tauromaquia en su comunidad ha tenido siempre su parcela en los medios de comunicación, tanto escritos como audiovisuales, pero en la actualidad tiene muy limitada su existencia. Hizo alusión a los verdaderos culpables de la situación actual, sacando a relucir la hipocresía que ha manado de las decisiones, tanto de los políticos, como de las asociaciones ecologistas que las han respaldado. Destaca especialmente a Jordi Portabella, individuo exponente de chulescos ademanes, auténtico ejemplo de verdadero maltrato animal, ya que durante su gerencia en el Zoo de Barcelona dejó deteriorarse por enfermedad, ante la vista de los niños, al célebre gorila blanco “Copito de Nieve” hasta su fallecimiento ¿Puede haber más hipocresía en sus actos? Posiblemente sí. Como el caso de todos estos “ejemplares en minoría” que han marcado con sus aportaciones el camino de la fiesta en esta comunidad, todos componentes de agrupaciones en defensa de los animales, como por ejemplo, Galgos sin Fronteras, Asociació de gats lliures, Amics del Titis, Asociación en defensa del Borrico o la ejemplar Asociación para la Conciencia de los Animales Domésticos. Todos ellos autoproclamados defensores de los animales quienes, a bombo y platillo y unos meses antes de la votación definitiva, organizaron un Congreso Internacional Antitaurino, muy motivados con el lema que les unía. Todos ellos dejan en libertad incondicional la ancestral cultura popular catalana, donde el toro es el principal protagonista, me refiero a los “Correbous”, terminó apostillando en estos inicios de denuncia. Pero hay otros elementos perturbadores a destacar dentro de la política seguida por determinados miembros del Parlament Catalán. Uno de ellos es un tal Leonardo Anselmi, de procedencia argentina, “mensajero de la secta de los anti-taurinos”, al que le permiten pasearse por el Parlament con plena libertad y que al entender de nuestro invitado es el correveidile de la plaga política catalana y de los ecologistas de salón y anacrónicos sanguinarios. Detractor de la fiesta taurina, a este tal Anselmi se le atribuyen gestiones nefastas en Bilbao, con el fin de llevar a cabo el acoso y derribo de la fiesta de los toros en esta ciudad. Pero al parecer, allí tuvo que salir huyendo por piernas y tomar el medio de locomoción más rápido con el fin de salvar su pellejo. Los vascos no admitieron sus conspiraciones. A ellos les iban a prohibir ir a los toros. Vamos, hombre, ahí podíamos llegar, dijeron. Mencionó también que uno de los primeros políticos que puso la primera piedra a este edificio de la prohibición de los espectáculos taurinos en Cataluña fue el alcalde de Tossa de Mar, un elemento antitaurino, que llevó sus querencias más allá de donde le correspondía su cargo. Al final, tuvo que dimitir. También dijo que el proceso predemocrático de España fue muy duro para el mundo taurino de Cataluña, concretamente por parte de Ezquerra Republicana, ya que relacionaban la fiesta taurina con el régimen franquista. Tampoco TV3 fue generosa con este tipo de espectáculo, ya que vetó de inmediato casi toda información taurina y aquélla que salía a antena era manipulada. Pero tirando del hilo de la historia, aseguró que estos señores lo único que han hecho ha sido aprovecharse de las circunstancias, ya que la enfermedad taurina de Cataluña tiene un calado más profundo en el tiempo. Para ello nos tenemos que referir al año 1.964, en el que fallece D. Pedro Balañá, padre, quedando el negocio de la gestión de la plaza en manos de su hijo, del mismo nombre y a partir de aquí el espectáculo taurino entró en una fase degradante, ya que este señor, como buen catalán, aplicó el lema: “La pela es la pela”, llevando a los turistas a los espectáculos taurinos ofrecidos en la Monumental, creando con ello el éxodo de los aficionados, motivado por la degradación que tomaron los espectáculos ofrecidos a partir de este hecho. En los años 80, se produjo un nuevo “boom” taurino en la Monumental, debido a las actuaciones en esta plaza de Paco Ojeda y Emilio Muñoz, que fueron toreros que tuvieron mucho tirón en Barcelona y con ellos se mantuvo el “status” de plaza de temporada. Criticó Francisco March Celaya las votaciones efectuadas en el 2006 de los concejales catalanes en contra de la fiesta taurina, como también actuaciones de individuos con categoría de concejales, que pusieron en entredicho su moral, pero como decía Rafael “El Gallo”: “Hay gente pa’tó”. Y entre ellos, determinados políticos, considerando al congreso catalán como un auténtico aquelarre de asociaciones diversas, que se devanaron los sesos para sacar a la luz pública unas “perlas” impropias de imaginaciones que ocupan cargos públicos. Debido a cómo se han desarrollado los acontecimientos en el aspecto taurino en Cataluña, terminó Paco March su exposición asegurando que está un poco hastiado de vivir en esta comunidad, donde ha podido comprobar que priman los intereses privados, llenos de hipócrita inquisición con sombras de demócratas, que tratan de imponer una moral civilizada. Actualmente tiene problemas de espacio en el periódico que colabora, La Vanguardia, debido al poco eco que este espectáculo tiene en dicha comunidad. Tras estas explicaciones comenzaron las preguntas a los invitados. A Aleyda le solicitaron que aclarara sus relaciones con el portal taurino de Internet Burladero.com. Explicó que, tras la marcha de Miguel Ángel Moncholi, tuvo problemas con los nuevos gestores, ya que al parecer acordaron con ella unas condiciones a sabiendas que no se iban a cumplir, sintiéndose dolida porque se han aprovechado de su trabajo y no tuvieron la delicadeza de abonarle los honorarios pactados, indicando que los responsables de ello sí cobraban. También se perdió la relación personal entre los colaboradores (entre los cuales se encontraba ella) y los redactores jefes, desconociendo las causas de este hecho. También indicó que lo primero que hicieron estos señores al hacerse cargo del negocio fue quitar los comentarios de los aficionados a los artículos. Se considera defraudada, ya que han jugado con su ilusión y a la postre con su trabajo. No obstante, disfrutó mucho durante el tiempo que duró su colaboración y aprendió a asimilar las dos caras que tiene la profesión de periodista. Volviendo al tema de Cataluña, comentó Francisco March que en los últimos veinte años el silencio de los medios de comunicación ha sido evidente y la manipulación también. Los aficionados a la fiesta han tenido que sufrir las incoherencias de los antitaurinos y han sido pavorosas las afrentas por las que han tenido que pasar. Él, en concreto, tiene dos hijas que son aficionadas y cuando eran estudiantes decidieron hacer unos trabajos relacionados con el mundo taurino y fueron tratadas como verdaderos especímenes incoherentes y aunque no llegaron a rechazarles el trabajo, ya que al parecer era ejemplar, sí les anularon parte de él, aunque les dieron la máxima nota. Considera insoportable vivir en esta Cataluña intransigente, taurinamente hablando. Pone de nuevo como ejemplo al representante de Esquerra Republicana, Jordi Portabella, del cual recibió unas descalificaciones impropias de un hombre público en una ocasión que coincidió con él a la salida del Palau Blaugrana. Llamó a los aficionados taurinos esquizofrénicos y psicópatas. También el torero Serafín Marín lo ha pasado muy mal en su condición de catalán y gracias a que se mueve en un círculo muy concreto no tiene que sufrir las agresiones de las gentes que están en contra de la fiesta. Comentó que él colaboró personalmente en la fundación de su peña en Moncada. El día de su despedida en La Monumental fue muy desagradable para el torero. Salió luego a relucir la recogida de firmas en pro de la fiesta, pero a su entender se enfocó desde el punto de vista de los taurinos, destacando negativamente a los que viven del toro, que no han respondido como se esperaba de ellos y a los viven para el toro, o sea los aficionados, los han ignorado. Confía que el cambio político producido a nivel nacional pueda beneficiar a la fiesta en Cataluña, ya que consideró negativa la gestión llevada por Zapatero en sus dos legislaturas. A pesar de los buenos deseos de todos los aficionados, si todo llegara a normalizarse la pregunta que ronda en el ambiente es: ¿Quién va a ir a los toros en Cataluña? Comentó Francisco March que todas las argumentaciones que se hagan a favor de la fiesta no las van a considerar, ya que existe un alto nivel de manipulación a favor de la prohibición por parte de los políticos anti-taurinos, tratando de defender su parcela. También expresó que los artistas, que en un principio se mostraron a favor de la fiesta asistiendo a las corridas de toros, han dado un paso atrás en defensa de sus intereses particulares ya que, en una de las últimas corridas celebradas, varios de los manifestantes antitaurinos rompían los discos de Sabina y Serrat delante de la plaza, al conocer que ellos estaba dentro de ella. En cuanto al revulsivo creado en torno a José Tomas por parte del empresario Matilla en el 2007, solo sirvió durante unos años, ya que el público no siguió acudiendo a la plaza y como dijo anteriormente, el único que tiene la llave de esta solución, difícil, pero no imposible, es el aficionado catalán, todo lo demás, es especular fuera de cacho. El caso de José Tomas fue para cubrir el expediente, creando con ello sólo una prolongación de la agonía, ya que ni Morante llegó a llenar la plaza cuando toreó en Barcelona. Ahora queda pendiente el problema de las indemnizaciones por parte del Gobierno Catalán al empresario de la plaza por incumplimiento de contrato, pero este asunto debe importarles poco a los políticos, ya que ellos juegan con dinero ajeno. Narró el caso de cuando se conocieron Rafael “El Gallo” y el pintor Santiago Rusiñol, mostrando a través de sus comentarios el sentir taurino de la Cataluña antigua, mientras que hoy los políticos se han adueñado de todos los símbolos que representan al taurinismo, utilizándolos en contra de la fiesta. Expuso el ejemplo de los representantes de CiU, que se marchaban a ver toros a Céret (Francia) y a continuación votaron en contra de la fiesta en Cataluña. Como puede verse, la doble moral en perpetua actualidad. Y así terminó este interesantísimo coloquio de la Asociación El Toro de Madrid, último del año 2011, debido a las próximas fiestas.