El jueves 27 de febrero de 2014 vino a tertuliar a nuestra asociación el ganadero don José Joaquín Moreno de Silva, propietario del hierro que lleva su nombre y el de Saltillo, éste último desde hace algo más de un año mediante la compra que realizó a sus primos Enrique y Félix, consiguiendo así que el hierro del Marqués de Saltillo perdurase en propiedad de su familia. Su afición al toro nació en La Vega –en la localidad cordobesa de Palma del Río-, de la mano de su abuelo don Félix Moreno Ardanuy, quien compró la ganadería en los años veinte poniéndola a nombre de su esposa, doña Enriqueta de la Cova. José Joaquín inició su parlamento recordando a don Salvador Valverde, gran aficionado de la Plaza de Madrid que formó parte de nuestra asociación hasta su muerte. Moreno Silva nos contó cómo Salva le pidió, meses antes de fallecer, que luchase por el encaste Saltillo. La apuesta de Moreno de Silva por el encaste Saltillo resume su pasado, su presente y su futuro, ya que siempre fue partidario de hacerse cargo de las reses de la sangre del marqués que su familia tenía en propiedad frente a las que se herraban con el hierro urcoleño de don Alonso Moreno de la Cova, ganado propiedad de su padre. Nunca quiso vender el ya difunto hierro de don Alonso Moreno, ya que su familia lo compró sin puntilla y lo defendió contra viento y marea hasta su irremediable desaparición. Mandar dichas reses al matadero le rompió el corazón, pero no les veía salida debido al actual oligopolio del encaste Domecq y a la falta de variedad de encastes en las ferias actuales. Su segundo hierro, el del Marqués de Saltillo, fue adquirido hace algo más de un año y en este breve tiempo ya le ha dado notables resultados, ya que ha tentado hembras de excelente condición. El ideal de ganadero de José Joaquín Moreno de Silva siempre ha estado vinculado al camino que sembró su abuelo y al aprendizaje que José Joaquín obtuvo de él en su juventud. Nuestro invitado destacó las enormes virtudes que su abuelo tenía a la hora de llevar la ganadería, apuntando que fue un hombre que destacó por su inteligencia, su saber estar y por sus siempre acertadas previsiones. Moreno Silva sigue con su sueño y el de su abuelo defendiendo sus reses de Saltillo, ya que cree que, siendo un sueño difícil, es realizable. El camino que ha llevado a cabo ha sido duro por diversas cuestiones, entre ellas está el hecho de que en 1992 -por cuestiones de saneamiento veterinario impuestas por la Unión Europea- tuvo que mandar al matadero casi la mitad de la ganadería, pero ha sabido sobreponerse gracias a unas vacas de notable condición y unos embriones del toro Tinajero. Según su visión, el ganadero debe ser siempre humilde y nada pretencioso, debiendo llevar a cabo su labor con ética, dedicación y honradez para que todo acabe saliendo bien. “Saltillo era mi ilusión desde joven. He conseguido ser ganadero con mucho sacrificio y con afición a raudales, ya que sin ésta no se consigue nada”. Piensa luchar por sus dos hierros hasta la extenuación, porque ha hecho un gran esfuerzo que quiere seguir, aunque necesita que el empresariado taurino valore lo que él ha hecho por el encaste, ya que mantiene a pesar de la que está cayendo dos hierros de sangre lesaqueña. El ganadero comentó lo difícil que le resulta lidiar, a pesar de que sus toros son –como bien sabemos- muy del gusto del aficionado, debido a que las empresas siguen sin abrir la baraja de encastes y a que muchos de los toreros y novilleros actuales rehúyen sus ejemplares aun no habiéndolos lidiado jamás. Respecto a su toro, afirmó que para ganarle la batalla en el albero hay que hacer siempre las cosas bien, por abajo y muy medidas y que, cuando se lleva a cabo una Lidia correcta, es un toro que se entrega como el que más, acometiendo siempre por abajo, aun siendo un toro difícil de domeñar. En palabras del ganadero, “el toro de Saltillo te exige saber estar en la Plaza, conocer el encaste e irte sin titubear y con seguridad al pitón por el que casi siempre se define”. Para José Joaquín, la casta es una facultad que el toro puede desarrollar para bien o para mal y la bravura es el compendio de casta, fiereza, nobleza y acometividad que mantiene la emoción en el albero. Su labor como ganadero pretende dirigir su ganadería hacia la casta, la bravura y la nobleza, siempre y cuando la casta sea buena y la nobleza no sea excesiva. Afirmó también que el toro debe ser el protagonista del espectáculo, protagonismo que ha perdido en los últimos tiempos. Su ideal de toro coincide con el de la sangre Saltillo, destacando su humillación, su clase, su certero comportamiento desde que sale a la plaza hasta que cae y la totalidad de su comportamiento, ya que son toros que mantienen la entereza y por ende, la emoción en los tres tercios de la lidia. Respecto a su futuro, apuntó que quiere mantenerse con el mismo número de vacas que cuenta en la actualidad, doscientas, y que, para esta temporada, tiene en La Venga tres corridas de toros con la seriedad necesaria para ser lidiadas en Plazas de primera; una más de menor trapío, dos novilladas de utreros y una de erales que ya tiene destino. Su vuelta a Madrid está, a día de hoy, en el aire, ya que, aunque el veedor de la empresa de Madrid ha estado en su finca, no sabe si volverá, siendo muy consciente de que para lidiar una corrida de toros en Madrid se necesitan diez o doce toros bien rematados. Comentó también que, en su opinión, su ganadería se ha ganado un sitio por justicia en San Isidro, gracias al comportamiento de sus últimas tres novilladas en nuestra Plaza; y afirmó que si no es así también estaría dispuesto a venir fuera del abono isidril. Se siente maltratado por los empresarios en España y comenta que ya en Francia se empieza a notar cierto declive, porque ya no vuelven al año siguiente los hierros triunfadores del año anterior como era costumbre en dichas tierras, situación de degradación e injusticia que le entristece. Afirmó que ya no quedan empresarios a la antigua usanza que sepan dar el rumbo indicado a la Fiesta en nuestro país, salvo alguna excepción –destacó a José Luis Lozano-; y que las Plazas deben ser para los empresarios y no para los políticos. Sería de su agrado que, en su vuelta a Madrid, formase parte de la terna el diestro Alberto Aguilar, ya que es uno de los toreros que conoce mejor su encaste, debido a que es muy frecuente su presencia en las tientas que se realizan en La Vega. “El mejor tentadero es el matadero, ya que te impone quedarte con lo mejor de la ganadería”, afirmó J.J. Moreno de Silva. También nos habló del saltillo mexicano y de las causas meteorológicas, alimenticias y geográficas que provocan que éste sea muy diferente en comportamiento y hechuras al saltillo español, valorando muy positivamente la labor de Chafik al otro lado del Atlántico. Comentó también las razones por las cuales pone fundas a sus toros, entre las que destaca el deseo de mantener en perfectas condiciones las defensas de sus toros de saca a la hora de lidiarse, considerando que las fundas son un mal necesario para poder lidiar en las plazas. Por último, destacó la importante criba que la crisis actual y la reducción de festejos está llevando a cabo en la cabaña brava, la importancia de apostar por la casta por el bien de la Fiesta y nos habló de toros de gran importancia que han compuesto la historia de su ganadería, como Ruidón, toro indultado en Cáceres que recibió cinco puyazos, cerca de ciento veinte pases y una nueva entrada al caballo después del muleteo de Ruiz Miguel. En 2018, se cumplirá un siglo de la compra de reses del Marqués de Saltillo por parte de don Félix Moreno Ardanuy, abuelo de nuestro invitado, por lo que deseamos mucha suerte a esta familia ganadera para que su labor en defensa de la rama fundacional del Marqués de Saltillo continúe por muchos años y sea recompensada, volviendo pronto a nuestra Plaza a lidiar más toros memorables como Astudito y Alemán. Gracias don José Joaquín.