Festejo del día 02/05/2017 Tradicional Corrida Goyesca. Seis toros de distintas ganaderías: Dos de Salvador Domecq, dos de José Vázquez y dos de Victoriano del Río. Las tres ganaderías tienen el mismo origen, Juan Pedro Domecq y Díez. Mal presentada, algunos ejemplares fueron protestados de salida, como el cuarto y quinto, El segundo y quinto fueron pitados en el arrastre
Mano a mano
Diego Urdiales: De marino e hilo blanco. Estocada algo trasera tirándose a ley, aviso y dos descabellos. Saludos desde el tercio. Pinchazo, aviso, pinchazo hondo y tres descabellos. Saludos. Metisaca saliéndose de la suerte, aviso, estocada delantera. Silencio.
Paco Ureña: De rosa palo con hilos negros. Estocada. Silencio. Pinchazo hondo, aviso y cuatro descabellos. Saludos. Bajonazo, aviso. Oreja.
Jeremy Banti: Sobresaliente.
Presidente: D. Trinidad López Pastor. No convenció a los aficionados D. Trinidad, Le hizo tragarse dos inválidos, el primero y el segundo. Cambió el tercio en el quinto dejando al toro sin castigo. El cuarto debió ser castigarlo con banderillas negras.
Suerte de varas: 1º Edulcorado. 525 Kg: Negro listón. No se empleó en el caballo y el piquero no lo castigó. El animal blandeó y tuvo mucha nobleza en la muleta. 2º Pleamar. 530 Kg.Colorado. No se empleó en la pelea, repuchándose en la segunda entrada. No fue castigado. Inválido que debió tomar el camino de los corrales. 3º Inesperado. 530 Kg: Castaño. Empujó sin clase en el caballo y salió suelto en ambas entradas al caballo. Manso y bravucón. 4º Ingenioso. 515 Kg: Castaño. No encontraba ruedo para salir huyendo cuando sentía el hierro del castigo. Manso de libro. 5º Regato. 520 Kg: Negro. Acudió suelto al picador de reserva, la primera suelto y la segunda al relance, e hizo una fea pelea en varas. Manso y descastado. 6º Curioso. 534 Kg. Negro bragado meano. La primera entrada al caballo fue la más bonita de la tarde. El toro empujando y el picador sujetando su acometividad, sin embargo la segunda fue de trámite. Manso encastado que tuvo sentados en sus asientos a los espectadores, vendiendo cara su muerte.
Cuadrillas y otros: En una tarde agradable de temperatura, el coso venteño registró media entrada en su aforo. La corrida goyesca se celebró con la presencia de Dª Cristina Cifuentes, presidenta de La Comunidad, que abandonó la plaza a la muerte del quinto de la tarde. De los toreros de plata destacó la mala lidia que recibió el cuarto, en el tercio de banderillas, y el quinto de la tarde. En este toro fue lamentable la actuación de la cuadrilla de Ureña. Hasta tal extremo llegó su desconcierto que el peón que tapaba puerta, Álvaro López, “Azuquita”, se tapó en el burladero cuando el toro acudió al picador de reserva, en lugar de sacarlo de su jurisdicción. Su actuación fue indigna de un torero que se vista de luces. Cuando ya había sido cambiado el tercio en este toro, el animal acudió de nuevo al caballo de reserva recibiendo otra puya sin que nadie consiguiera recogerlo. Llamó la atención a los aficionados que las ganaderías que se lidiaban en la tarde goyesca tuvieran el mismo encaste, Juan Pedro Domecq y Díez, con los matices que cada ganadero le ha dado a sus toros, pero insisto, la misma procedencia. Creo que la corrida merecía otro trato.
Los toreros revalidaron ayer sobre el albero venteño su condición de maestros, con letras mayúsculas, Con el desigual juego que ofrecieron los astados, ambos matadores no defraudaron, destacando el sexto, un toro manso encastado que vendió cara su vida y puso a Paco Ureña en serios aprietos, dando a su faena un toque, posiblemente innecesario, pero que terminó llevando la emoción a los tendidos. El torero comenzó la faena citando desde el anillo con la muleta recogida, continuando la faena al natural pero con la verdad por delante. A continuación dio una tanda de redondos llevando los dos pitones de su enemigo metidos en la muleta. A la embestida incierta del burel, el torero murciano tragó toda la exigencia a la que fue sometido por el animal. Al final se la jugó y en un mano a mano, donde el torero podía haber llevado la peor parte, no se arrugó y se metió en un puño el corazón de los presentes. En el segundo, Paco Ureña lo recibió con unas ajustadas verónicas Ya con la muleta decidió tomar el acero después de comprobar que el toro no reunía condiciones para la lidia, dando ocasión que los aficionados mostraran su disconformidad a través de la manida frase: Toro, Toro…… A sabiendas que nadie le hará caso. En el cuarto el matador se excedió en la faena en redondos. Por ese pitón el animal tenía una embestida incierta,demostrando a continuación que su lado bueno era el izquierdo. Cuando lo intentó al natural el toro se entregó en la muleta pero, salvo algún muletazo suelto, la faena no llego a calar en los tendidos. Diego Urdiales por su parte se encontró en su primero un animal blando que se defendió en la faena de muleta. El maestro de Arnedo lo recibió con unos estatuarios que el astado acusó dada su falta de fuerza. No lo pudo someter ya que cuando lo hizo el toro clavó las manos en la arena. Al natural no tuvo recorrido y a pesar de esto consiguió algunos muletazos con cierto sabor torero, pero sin rematar. El tercero, bravucón, acudía al engaño a arreones como buen manso y con una embestida incierta. El torero tuvo la paciencia y la torería de ir metiéndolo en la muleta. Al natural el burel metió la cabeza con nobleza y el maestro consiguió sacarle dos series dándole distancia que llegaron a los tendidos. Cuando volvió con la derecha consiguió algunos muletazos largos bajando la mano. El quinto fue un manso descastado que recibió una deplorable lidia. El torero lo sacó a los medios con dos muletazos. Urdiales lo intentó por ambos pitones pero el toro no transmitió nada. El torero insistió en la cantidad pero no fue suficiente para tapar las deficiencias de su enemigo.