4ª TERTULIA DE LA ASOCIACION EL TORO DE MADRID (2024-2025)
Fecha: jueves 28 de noviembre de 2024
Invitado: D. Jesús Cobaleda González, ganadero y representante de la ganadería de BARCIAL.
Centenario de la ganadería de Barcial.
En tertulia de lleno absoluto por la visita del ganadero salmantino Jesús Cobaleda, propietario de la ganadería conocida por “Los patas blancas”, y antes de entrar en faena, nuestro presidente abrió la reunión con varios agradecimientos; a los presentes, a los aficionados que siguen nuestras tertulias por internet y a los bibliófilos presentes y en especial a Valentín, que en cada tertulia hace una breve descripción de nuestros invitados y nos la hace llegar para nuestro conocimiento.
Continuó nuestro presidente con el recordatorio del socio Carlos García González, desaparecido la semana pasada a los 94 años. A pesar de su edad mantuvo su condición de socio y aficionado colaborando con nuestra Asociación en la lucha por la integridad de la fiesta, con recuerdos entrañable de su dilatada carrera como aficionado. Y como añadió Roberto García Yuste, esta tertulia irá dedicada a su recuerdo. D. E. P.
A continuación del minuto de silencio dedicado a nuestro desaparecido socio, destacó el presidente la belleza de los toros de nuestro invitado. Daba miedo verlos en el campo con sus defensas integras y el colorido de sus capas, pero fue nuestro el vicepresidente, Carlos Rodríguez-Villa Rey, quien en esta ocasión le tocó lidiar con la presentación que estuvo muy por encima de un enemigo, que son los datos de esta ganadería, dados los cambios de propietarios que pasaron por ella hasta que se cruzó con la familia de nuestro invitado. Comentó Carlos que fue José Vega, hombre polifacético, extravagante y hasta chulesco, quien inició esta andadura, cruzando 65 vacas de Veragua con el utrero Cuchareto de Santa Coloma, puro Murube en la línea de Ibarra, naciendo de manera fortuita, el encaste Vega-Villar. Villar por parte de los hermanos Francisco y Victorio, hacendados zamoranos que adquirieron la ganadería, añadiéndoles dos sementales de Santa Coloma, Chamusquín y Gitano, de la línea Saltillo. Chamusquín sería el que introdujo en el encaste los toros luceros y calceteros. Posteriormente apareció en la escena ganadera, José Encinas al comprar la parte de la ganadería de Victorio y posteriormente fue Francisco, quien vendió su ganado a la familia de nuestro invitado. La familia Sánchez Cobaleda.
Con esto se cerraba un ciclo y nacía otro, expuso Carlos, recibiendo la ganadería el apodo de los “Patas blancas”. Desde Arturo Sánchez Cobaleda, el tiempo se fue encargado de que la rama de este encaste fuera cambiando de manos por herencias, manteniendo la familia la ganadería hasta llegar a nuestro invitado, Jesús Cobaleda González, que para no ser confundido su lote con la de sus cuatro hermanos, invirtió sus apellidos.
Fue muy breve el ganadero en su exposición, que después de su agradecimiento a la ATM y anotar que la ganadería debutó en Madrid en 1.924, dejó el tiempo para que los presentes pudieran exponer sus dudas a través de sus preguntas. Fue nuestro presidente quien abrió el tercio preguntando al ganadero cual es el momento actual de la ganadería. Respondió el invitado, que lo ve bien a pesar de no ser demandados sus toros por la figuras. Si se apuntaran éstas, sería yo el primero en estar presente para ver algo distinto a lo que habitualmente lidian. ¿No se aburrirán de lidiar siempre lo mismo? Añado. Suele lidiar sus productos en el sur de Francia, en la zona de Madrid y Calasparra, donde ha recibido varios premios. Siempre que nos visita un ganadero de encaste minoritario y considerado duro, aparece en el horizonte Francia. Todo el ganado que reclama la afición, va para Francia y los empresarios españoles tan tranquilos, con sus ganados comerciales, afei... perdón, (hay un dicho castellano que dice: donde está el pensamiento se van las palabras), me he confundido…, y sus toreritos de pitiminí, recogiendo tarde tras tarde los mejores trozos de la tarda de lo que se factura en la fiesta. Añado.
Volvió a plantear Roberto, que porcentaje tiene su ganado de cada sangre. Respondió que su rama es la de Francisco Villar, lo de Galache no es parecido a la suya, lo que él tiene es más veragua y deriva de Saltillo-Santa Coloma y se emplean más en el caballo. Respecto a los baches que daño les han producido en la ganadería. La tablilla les hizo mucho daño, respondió, ya que sus toros son bajitos y les costaba dar el peso que exigían las plazas importantes. También el saneamiento fue nefasto por el problema de la consanguinidad. La carta verde era el pasaporte para poder lidiar en las plazas. Muchas reatas fueron extinguidas. Antes tenían 35 y ahora solo tienen 18. Rosco con mucha sutileza le planteó al ganadero si se había producido dejadez en la ganadería. Negó el ganadero el aserto del Rosco y aportó que cuando llegan los veedores de plazas importantes, ya tienen vendidas las novilladas que ellos pretenden. No le interesa de momento venir a Madrid, como tampoco esta empresa se interesó en el centenario de la ganadería. Rafael Cabrera planteó al ganadero si se plantea refrescar o mantener el origen y si existen ganaderías para refrescar. Respondió que de momento están bien, pero refrescar es complicado. Monteviejo ha cruzado Galache con Urcola y con lo suyo. Sobre este hecho apuntó Roberto que Victorino Martín, propietario de la ganadería de Monteviejo, no ha dado con la “tecla” del resurgimiento de este encaste. Aportó el ganadero que Victorino lleva con este ganadería desde el año 92, y ha habido momento que lo ha eclipsado, ya que Victorino gracias a su ganadería de Albaserrada, es más mediático que él, aportando que los toros descubren a los ganaderos.
Cristina aportó que su ganadería es producto de un milagro por la situación de sus sementales y reatas. Comentó que en Salamanca lidió en el año 2000 y no ha vuelto a la Glorieta. En esta plaza en los últimos años solo se lidian ganaderías comerciales y siempre van los mismo ganaderos y llevan mucho tiempo sin ponerse en contacto con nuestro invitado. Respondió el ganadero que Salamanca en la actualidad carece de interés y los toros que se lidian son más pequeños que sus novillos. Antes y como anoté antes, tenía más familias, anotando que Victorino cambia el nombre a las reatas. Sobre el pelaje berrendo en colorado, es una capa que se extinguió hace muchos años, pero por azar de la naturaleza, un año apareció un becerro con esta capa, pero lo tienen como minoritario. Volvió a intervenir Roberto preguntando cuantos sementales tiene y los criterios que aplica a la selección. Tienen 4 sementales y la selección la fija por reatas, no suelen tentar. Respecto a los toreros que tientan, respondió que las figuras exigen para tentar las vacas afeitadas, pero nunca ha realizado este fraude. Apareció una pregunta sobre el novillo Bolinchón. Bolinchón se lidió en la temporada 72-73 ya que un empresario bilbaíno, José Cruz, compró la camada completa. El novillo perdió la agresividad de su extirpe y vivía como otro animal domesticado en la finca de su propietario, hasta su lidia.
Sobre la casta y la bravura, respondió el ganadero que es muy importante el tercio de varas, el toro debe estar bien presentado y vender cara su muerte. Respecto a la duración del último tercio de la lidia, preguntó Requis, exponiendo que según Victorino Martín García, el toreo en redondo lo acusan mucho sus toros. Respondió el ganadero que sobre el toreo en redondo no tiene por qué, a pesar de tener el cuello algo más corto que otros encastes, deben tener más durabilidad. Sobre el cambio del reglamento de la suerte de varas, respondió que lo considera bien como está, lo que ocurre es que debe ejecutarse correctamente. María preguntó sobre los tentaderos y que Salamanca ha dejado de ser taurina, ya no se habla como antes de toros en los ambientes taurinos. Respondió que efectivamente, ha cambiado, pero se sigue hablando de toros. Ha influido la desaparición de muchas ganaderías. A la plaza acuden muchos jóvenes por el bajo precio de las localidades, pero son aficionados algo descafeinados. Sobre las tientas las vacas son impresionantes suelen tentarlas con más de 3 años. Javier Conde estuvo tentando en su ganadería, parece mentira, pero así fue.
Rosco apuntó que Victorino Martín García cruza sementales de “Patas blancas”, con lo de albaserrada, anotando nuestro invitado que este ganadero es muy dado a hacer muchos cruces. Como consecuencia el ganado resultante sale muy variado en el tipo. Respecto al aumento de los costes y bajada de ingreso por el efecto de la pandemia, respondió que las visitas a la ganadería ha paliado el efecto económico, y la pandemia no fue muy gravosa para ellos. Envió algunos toros al matadero pero las vacas fueron menos las que siguieron ese camino. La paja subió mucho de precio en sequía. En la actualidad siembra forraje para el mantenimiento de la ganadería. Sobre que aporta la UCTL, dijo que este organismo se dedica a una labor estadística y administrativa. En la actualidad, los toros pastan en la finca Barcial junto con las vacas de carne, y en la finca La Matilla las vacas de vientre. Alberto preguntó sobre los novillos lidiados en Villaseca de la Sagra y sobre la feria de Tres Puyazos. Sobre el novillo 41 de V. de la Sagra, le faltó algo más de viveza, y sobre tres Puyazos añadió que debe haber más asociaciones. Adrián sobre la integridad de su ganadería, aportando el ganadero que sus toros llevan la suerte de varas en los genes, las fundas no le gustan y el afeitado es nefasto. Sobre la reglamentación de las fundas respondió que si, ya que no deja de ser un fraude a la integridad de los animales.
Sobre El Batán lo consideró un arma de doble filo, sus novillos lo acusan, o van todos, o ninguno. Sobre la consanguinidad. Su padre cruzó con un toro del Conde de la Corte. El toro de Barcial es difícil de manejar y los embarques son complicados. Sobre las bajas que tiene por peleas, comentó que sus toros suelen avisar cuando están complicados para el manejo, no tienen muchas bajas, se hacen daño por su agresividad. Sobre el manejo, Belén comentó que usan bueyes en lugar de caballos. Testificó el ganadero que usan pocos caballos, utilizan los cambios de comederos para su movilidad. Sobre su mayoral apuntó que lleva muchos años en su ganadería y siempre encuentra soluciones a los problemas que se presentan.
Unos dicen que fue parco en palabras, otros lo contrarió, el caso fue que nos mantuvo atentos a su respuestas, que fueron claras y concisas, y nos metimos en la hora en que se debía terminar la tertulia sin que nos diéremos cuenta.
Gracias ganadero, su suerte es la de los aficionados.
Pepeíllo, miembro de la Asociación el Toro de Madrid
Presentacion de la ganadería, por Carlos Rodríguez-Villa
La historia de Barcial y del encaste Vega-Villar comienza por casualidad en una finca alejada hoy del mundo de los toros: Navalcaide, entre Colmenar Viejo y Cercedilla, no muy apartada de San Lorenzo del Escorial. Fue en 1910, cuando José Vega, hombre un tanto extravagante, realiza un singular ensayo ganadero: el cruce de 65 vacas del duque de Veragua, con el utrero Cuchareto, del conde de Santa Coloma, de pura línea Murube a través de lo de Ybarra. Al año siguiente de venir Cuchareto, José Vega le compra dos erales más al Conde de Santa Coloma, de Saltillo esta vez, o por lo menos fruto de la cruza entre Ybarra y Saltillo: Toronjito y Fuentecillo. Parece evidente, a la vista de la posterior evolución de la vacada, que los erales asaltillados ligaron de forma notable.
Desgraciadamente, el rumboso señor Vega no pudo comprobar los resultados de su obra, y a los cuatros años de haberla formado tuvo que vender su ganadería para evitar la quiebra a dos ricos terratenientes de la región de Zamora, los hermanos Francisco y Victorio Villar.
Apenas tuvieron la manada, los hermanos Villar le compraron al Conde de Santa Coloma nuevos sementales: Chamusquino y Gitano que acentuaron la aportación de Saltillo y siendo el primero de ellos quien comienza a transmitir los característicos luceros y calceteros típicos del encaste. El cruce de las dos sangres hizo que estas reses adquiriesen la bravura deseada en varas aportada por los «veraguas», y la movilidad, humillación y duración en la embestida aportada por los «santacolomas».
Estos hermanos mantuvieron la ganadería a un alto nivel y fueron quienes convirtieron lo que en su origen no fue más que un experimento caprichoso en una raza con identidad propia, de la que, además, extrajeron un abundante caudal de bravura. Los hermanos Villar estuvieron lidiando conjuntamente hasta 1922, año en el que se independizan para dar lugar a las dos ramas que darían origen a las ganaderías más representativas. Victorio venderá su lote a José Encinas, mientras que su hermano Francisco Villar conservará la ganadería más de una década, hasta que la venda a la familia Sánchez Cobaleda en 1928.
Una historia se acababa y otra comenzaba. Aunque esta primera etapa fue corta, 18 años escasos y con 3 ganaderos, desde muy temprano los toros producto de este cruce habían tomado dos señas de identidad inconfundibles: su apodo de patas blancas y su denominación de Vega-Villar.
En el año 1928, Arturo Sánchez Cobaleda adquiere la ganadería de Francisco Villar. Las 228 cabezas bravas compradas llegan a Terrubias, y desde entonces hasta hoy esta sangre continúa ligada a la familia Sánchez Cobaleda. En manos de su nuevo propietario, la ganadería continuó la misma línea de éxitos que venía manteniendo desde tiempo atrás. Tras el fallecimiento de Arturo, en 1942, la ganadería pasa a sus herederos, hasta que, en 1950, año en que muere su hijo Antonio, quien durante diecisiete años había dirigido la vacada y había sentado las bases para darle una personalidad diferente, fue dividida en cinco lotes, correspondientes a cada uno de sus hermanos: Jesús, Ignacio, María, Pilar y Manuel Sánchez Cobaleda.
La ganadería de Barcial fue creada a partir del lote de 156 cabezas heredadas por Jesús Sánchez Cobaleda de la vacada de su padre. Para evitar que la vacada adquirida fuera confundida con la de sus hermanos, Jesús decidió invertir el orden de los apellidos familiares. Esta dehesa salmantina, de la cual toma nombre la ganadería, sirvió de etiqueta a unos toros cuya nobleza pastueña les hizo gozar del favor de las figuras y, en consecuencia, ocupar un puesto destacado en muchos carteles de los años cincuenta y sesenta.
Cosecharon importantes triunfos en Madrid como la brava y noble corrida del Montepío de 1957 a la que Pablo Lozano, que actuaba en solitario, corta cuatro orejas; el derroche de casta del toro Cara de Rosa-97 lidiado por Luis Miguel Dominguín de ese mismo año; la triunfal corrida de 1959 en la feria de San Isidro en la que salieron por la puerta grande Pepe Luis Vázquez, Antonio Bienvenida y Julio Aparicio o el hecho de que Gregorio Sánchez lidiara como único espada seis toros en el Montepío de 1960 llevándose nada menos que siete apéndices.
Los éxitos se sucedían y la ganadería seguía en lo más alto, pero, desgraciadamente, unos meses más tarde fallecía Jesús, quien vería con satisfacción sus toros anunciados en Madrid tres veces en menos de un mes antes de morir, quedando tras la partición familiar y conforme a la tradición ganadera su hijo pequeño, Arturo Cobaleda, como el titular de la misma.
En sus primeros años como ganadero los triunfos se seguían acaeciendo, siendo los toros de Barcial muy apreciados por la afición y por las figuras de la época, pero poco a poco los primeros problemas comenzaron a surgir. Esta nueva etapa coincide con la aparición de la tablilla que se va a llevar por delante a aquellas ganaderías y encastes cuyos toros no pueden soportar el peso que se les exige. Si no se modifica su tipo, los Vega-Villar no
podrán ser lidiados en las grandes plazas donde se van a imponer desde entonces toros más pesados. Finalmente, Arturo resuelve aumentar el tamaño de sus reses, pero la ganadería cambia. Las «peritas en dulce» derivan en animales geniudos y complicados para la lidia que serían poco a poco rechazados por los toreros ante las exigencias y dificultades mostradas. De ser la ganadería favorita de las figuras, Barcial fue relegada al grupo de las corridas toristas. Entonces comienzan a refugiarse en las novilladas y en las corridas de rejones con notable éxito. La elevada tasa de consanguinidad difícil de contrarrestar y las medidas sanitarias impuestas desde Europa cada vez más restrictivas supondrán graves problemas difíciles de afrontar para la vacada charra.
“No somos dueños de la selección: cada vez que encerramos los animales para una inspección
sanitaria, sé que una parte no volverá al campo”.
Arturo Cobaleda ganadero con apenas quince años forma ya parte de los veteranos del campo charro. Más de medio siglo a la cabeza de sus patas blancas ha permitido que conozca todos sus secretos. “Mi padre murió muy joven. Mi hermano mayor, José Luis, administró la ganadería por mí. Seguía las tientas y las corridas hasta que tuve edad para continuar. No cambié nada. Para la selección de las vacas sigo los criterios de mi abuelo. Todo empieza en el caballo y todo termina ahí algunas veces. Es primordial. Hoy en día el concepto ha cambiado. Mi padre predijo que un día se criarían toros mansos. No se equivocó. Volver atrás es muy difícil. Cuando se rebaja la bravura reencontrarla es muy complicado”.
“Haber conseguido existir hasta hoy ya es casi milagroso. Durar tantos años con esta ganadería es muy difícil. La fiesta de los toros ha elegido otros caminos que no tienen nada que ver con los de hace cincuenta años. Para sobrevivir, ha habido que hacer muchos sacrificios y soportar muchas cosas. El público de hoy es triunfalista… y quien triunfa siempre es el torero. Esto explica el estado actual de la Fiesta. Las figuras lidian cierto tipo de ganaderías. Si Manolete murió por un toro de Miura fue porque se anunciaba también con ellos. Pero hoy, a excepción de algún gesto de vez en cuando, los toreros importantes evitan los riesgos inútiles. Exigen la ganadería que les conviene. Hace mucho tiempo que nuestra ganadería no forma parte de ese grupo”.
Es en la actualidad, y junto a la cuarta generación, su hijo Jesús Cobaleda, nuestro invitado de hoy, y desde los años 2000 quienes llevan la dirección de esta ilustre ganadería.
En los prados de Barcial, Barcialejo, La Torre o La Matilla el difícil manejo de la consanguinidad, las nuevas modas en la fiesta de los toros y las imposiciones sanitarias dictan el día a día de los Cobaledas. Las masacres se suceden, sin embargo, Arturo y Jesús no tiran la toalla…, a pesar de que parte de su destino ya no está en sus manos. Este año los patas blancas celebran su centenario. Cien años desde que lidiaran por primera vez en Madrid en junio de 1924. Es la ganadería de Francisco Villar quien da antigüedad al hierro de Barcial y a otros que derivan del mismo. Tristemente este hecho no fue considerado por la empresa para poder verlos de nuevo lidiar en Las Ventas a pesar de que este colectivo de aficionados pidió que se tuviera en cuenta. Francia, las comisiones de aficionados y las ferias de novilladas siguen siendo bastión y mercado en el que poder ver y disfrutar a este precioso animal.
En 2002, 2003 y 2004 se lidiaron en Madrid los tres últimos encierros de esta casa ganadera que resultaron duros y difíciles. En el primero salió un buen toro llamado al que Frascuelo cortó una oreja y en el tercero saltó un gran astado de nombre Coleterón.
La lucha sigue para Barcial. Esperemos y deseamos que las cosas cambien y que la divisa blanca y negra regrese por sus fueros para enriquecer esa variedad tan necesaria en la fiesta de los toros y que la emoción vuelva a las plazas. Solamente nos queda agradecer la conservación de esta joya genética, histórica y centenaria del campo bravo. Y sin más dilación y como es al ganadero a quien queremos y debemos escuchar, paso a cederle los trastos. Muchas gracias por su presencia y bienvenido a la Asociación El Toro de Madrid.
Haga clic encima de cada imagen para poder ampliarla.