Invitados: José Escolar
2ª TERTULIA DE LA ASOCIACION EL TORO DE MADRID (2022-2023)
Lugar: Restaurante, Puerta Grande. C/ Pedro Heredia, 23
Fecha: jueves, 10 noviembre de 2022
Invitado: D. José Escolar Gil. Ganadero de reses bravas
Hemos compartido la segunda tertulia de nuestra Asociación con el conocido y apreciado ganadero de la afición española D. José Escolar Gil, apodado por descendencia familiar Pinchoronco, que según sus palabras se siente ganadero y sobre todo aficionado, hechos que le ha permitido mantener a su ganadería sembrada de casta y bravura y en lo más alto el escalafón del respeto de los aficionados
Antes de desplegar el percal y la franela de la tertulia, quiero destacar dos detalles de la exposición del ganadero. Su ganadería y la de su sobrino Domingo Hernández tomaron dos caminos opuestos, éste se decantó por el toro comercial del encaste Domecq, añadiendo Escolar que todas las camadas las tiene vendidas. Otro detalle a resaltar fue el brevísimo discurso de su nieto de 12 años como epílogo de la tertulia. Fue emotivo, mostrando en la brevedad de sus palabras su afición y responsabilidad por la ganadería de su abuelo, dejando en los presentes la ilusión de que esta ganadería tiene asegurado el futuro.
El primero que se abrió de capa fue nuestro presidente mostrando su agradecimiento a todos los presentes que tuvieron la deferencia de colocar de nuevo el cartel de “No hay billetes” en el local, añadiendo que cada día nuestras tertulias tienen más seguidores y no solo los presentes, sino en la redes sociales cuando se publican en internet las actividades de nuestra Asociación, destacando que los socios que en ellas colaboran no son profesionales, pero ponen su empeño en la divulgación de las mismas, resaltando que nos siguen también con interés en distintos países de América. Comentó que hemos apoyado a los aficionados de Zaragoza, los cuales han sido tratados con dureza por la empresa adjudicataria del coso de La Misericordia. Igualmente estamos en la línea de apoyar a la fiesta taurina francesa, ya que existen voces de anti-taurinos que quieren prohibir la fiesta de los toros en el país vecino.
Con respecto a nuestro invitado destacó los toros Campanero, premiado por La Asociación al toro más completo en el 2009 y Tartanero premiado en el año 2011. Resaltó la temporada pasada por dos motivos, primero la corrida de San Isidro y el desafío ganadero celebrado en septiembre pasado, donde el toro Caminero marcó otro hito en el haber del ganadero, y que según sus palabras, no lidia en ese maldito círculo marcado por la comercialidad. Escolar es un ganadero de la línea torista que refleja en su ganado la seriedad que acompaña su persona.
Continuó la tertulia con la presentación de nuestro socio y miembro de la Junta Directiva, Carlos Rodríguez-Vila, persona entrañable y dedicada en cuerpo y alma a su afición a la fiesta de los toros. De su exposición sólo expondré estos comentarios, el primero con el que abrió su lidia. Dijo que, “esta ganadería cría toros para deleite de los aficionados”, y el 31/5/2022 y en septiembre pasado volvió el toro a Madrid y “Caminero marcó otra dimensión de la fiesta difícilmente de olvidar”. Con estos detalles, junto al siguiente comentario del ganadero cuando tomó la palabra: “Ha dado datos que mi ganadería que no conocía”, quedó todo dicho sobre su exposición. El aplauso recibido fue muy emotivo.
Lo primero que expuso el ganadero en su ponencia es que cría toros para la afición, emitiendo una loa a los aficionados que concurrieron a la tertulia. El origen en la crianza de ganado lo inició su abuelo, dedicado a la cría de ganado para abastecer a los pueblos de Madrid para su lidia, al cual le atribuyeron el apodo de Pinchoronco. Tanto él como su familia son oriundos de Fuenlabrada. Ante la brevedad de su exposición el primero que inició la tanda de preguntas fue Roberto, quien le preguntó que aportó cada rama de Ibarra y Saltillo a su encaste. Comentó el ganadero que compró ganado de Santa Coloma a Paco Camino y que lo agregó al que poseía de Albaserrada, vía Victorino Martín que vendió una parte de su ganadería por necesidades económicas a Leopoldo Picazo y después de otras ventas, llegó a nuestro invitado. Lo de Buendía era de poca caja, sin embargo Albaserrada tenía más trapío. Ambas procedencias están mezcladas desde hace 10 o 12 años. El mayoral de la ganadería de Paco Camino, Saavedra, fue quien le orientó cuando adquirió el ganado de Santa Coloma al torero sabio de Camas, recomendándole lo más asaltillado. El toro de Albaserrada es más listo y desarrolla más sentido que el de Santa Coloma.
El rosco presentó sus credenciales comentando que agradecía la presencia del ganadero ante este grupo de aficionados considerados de culto, y que con sus toros no tienen ocasión de protestar y de esta manera no sufren los insultos del público ocasional de la plaza. La pregunta fue si los dos toros que blandearon en la última corrida de San Isidro eran del mismo semental, a lo que respondió el ganadero, que eran del mismo padre, y aportó que el toro Camionero procedía de una rama que tiene muchos hermanos. En Francia ha tenido muchos triunfos. En una serie de preguntas y respuestas, y respecto a la corrida del 31 de mayo pasado, Roberto aportó que Gómez del Pilar estuvo muy bien, añadiendo el ganadero que el tercero, de nombre Milagroso, fue un gran toro al que el torero consiguió cortarle un apéndice, y que fue una de las corridas más serias que ha lidiado en Madrid, añadiendo en varias ocasiones que la seriedad de sus últimos toros ha sido como consecuencia de la pandemia, ya que al encontrarse con dos camadas, ha tenido que lidiar muchos ejemplares cinqueños, y con esa edad el toro es mucho más serio.
Para la próxima temporada tiene 5 o 6 corridas, la de Pamplona la tiene comprometida, dando por seguro que vendrá a Madrid, pero solo con una corrida ya que la ganadería ha vuelto a la normalidad post pandémica. Resaltó dos detalles, que la pandemia ha sido muy duro para su ganadería, ya que al no lidiar los gastos han menguado mucho a los ganaderos en general. El ha tenido la suerte de poseer unas fincas dedicadas a la agricultura y con ello ha paliado en la comida la dureza de ese año de suspensión de festejos y de ingresos. Aportó Carlos que el toro más completo lidiado en Madrid fue Tartanero y si era partidario de las fundas, no dudo un momento en decir que si, argumentando que evitan muchas bajas en la ganadería y también enfermedades en las defensas. Sobre la Venta del Batán mostró por un lado su rama de aficionado y dijo que era muy bonito ver allí los toros, pero que su condición de ganadero no le permite pensar así, ya que los embarques y desembarques de los toros no son aconsejables, pierden el apetito y son frecuentes las peleas.
Miguel Requís le comentó al ganadero que la corrida de San Isidro le ilusionó mucho, pero la novillada de Arganda no le gustó. Sin embargo Escolar dijo que le había gustado, aclarando que hay mucha diferencia en el comportamiento del toro y el novillo. Las novilladas le sirven como base aunque suele lidiar pocas al año. Como dijo Jack Lemmon en la película, El Apartamento, “O se quiere o no se quiere, cuestión de gustos”.
Coca expuso que los toros de nuestro invitado eran los más bellos, preguntándole si se consideraba el exponente representativo de la morfología del encaste Albaserrada, añadiendo que la ganadería de Victorino Martín se ha convertido en una factoría. Respetó Escolar a los ganaderos que comparten este encaste, Adolfo Martín y su primo Victorino Martín García, y que lidian como él en primera línea, aportando que es un defensor de la morfología de este encaste. Yolanda apuntó que con el tirón que ha supuesto tanto 2021 como 2022, ha conseguido equilibrar el ganado que se quedó sin lidiar en el año 20, lo mismo que ha supuesto que lo habrá equilibrado Ricardo Gallardo, lidiando en Madrid la cifra de casi 60 animales, entre toros y novillos. La reflexión causó una aguda sorna entre los presentes, pero para muchos ganaderos ha tendido que significar un descalabro económico. Su pregunta fue, qué importancia tiene la lidia de sus toros, y que sensación tiene que prime su afición al negocio de otros ganaderos. Contestó Escolar que mientras existan un ramillete de toreros que no les importe enfrentarse a su ganado, no le preocupa mucho el futuro, lo que si le produce inquietud es cuando algún torero trata a su toros como si fuera una ganadería comercial.
Sobre las tientas es el El Fundi quien tienta mucho en su casa, ya que forma parte de la familia y procura hacer las cosas a favor de los toros. Su afición le tiene enfrentado a su condición de ganadero, y aunque no le tiene miedo ponerse delante de una vaca, no lo ha hecho nunca. Qué criterio sigue para seleccionar las corridas de Madrid y Pamplona, pregunto Pablo Alcocer. A pesar que son dos plazas exigentes, el toro de Madrid lo elige él personalmente y suele ser más serio y más hecho. Respecto al toro de la calle, respondió que de niño solía ver los encierros en Fuenlabrada. Este año ha vendido ganado a Castellón y a otros lugares de larga tradición en este tipo de espectáculos.
Se hizo un hueco en la tertulia, para que Antonio Purroy, ingeniero agrónomo y profesor de UPNA, pudiera expresar su opinión como aficionado de Pamplona. Comentó que es muy difícil ser ganadero de bravo con el añadido de mantener este tipo de encaste. Continuó diciendo que Pamplona es muy exigente para el toro, resaltando la suerte de varas que la considera fundamental en la lidia y como consecuencia en el comportamiento del toro, y si se hace bien no es cruenta para el animal. Apostillando que actualmente se pica muy mal. Escolar añadió que sus toros se emplean mucho en los encierros y varios de ellos han muerto después de la carrera. Destacó la popularidad de los encierros de Pamplona y las corridas de toros, añadiendo que cada tarde se produce un lleno, existiendo reventa para ver el encierro en la plaza. Sobre la suerte de varas es algo que no entiende ya que él cría un toro para esa suerte y a muchos de ellos los masacran en el caballo. Los franceses hacen mejor esta suerte y en Madrid se trata de cuidar y se exige, pero en casi todas las plazas con un picotazo cumplen el expediente. Añadiendo que las figuras mandan
El Rosco, en otra intervención, comento que lo que prima a sus socios del encaste Albaserrada es la economía. Apuntó el ganadero que no suele retentar vacas, lo hizo cuando adquirió el ganado de Buendía, aunque los toreros piensen lo contrario, pero no lo ha vuelto a hacer. David Castuera expuso que la corrida del año 2019 fue la gran tapada, ya que el viento estropeó en gran medida el espectáculo. Fue una corrida muy seria: Cristina Barba resaltó la calidad de los toros de Escolar mencionando las iniciales CH, CA que usa el ganadero, unos como bravos y otros como muy bravos, que son las iniciales de Chumbero y Caminero. Roberto incidió en destacar algunos ejemplares y comentó sobre el toro Chumbero, lidiado en Cenicientos en el 2008.
Se invitó también al veterinario de Las Ventas, René Alonso a que expusiera sus experiencias sobre esta ganadería. Comentó que nunca había estado de servicio cuando se han reconocido los “escolares”. Sin embargo si le ha tocado reconocer varios de los encierros de la ganadería de Fuente Ymbro. Comentario que generó algunas risas entre la concurrencia. Todos conocíamos el por qué. Respecto a las vacas de vientre, comentó que este año ha quitado en número similar al que suele quitar todos los años. Respecto a la consanguinidad, aportó que de momento no le preocupa, ya que juega con las ramas de Buendía y Albaserrada. Actualmente tiene 7 sementales que suele refrescar con utreros de nota. Respecto a las figuras, dijo que pueden estar 200 años toreando el tipo de ganado al se enfrentan. Vanaglorió a los toreros que lidian sus toros y respecto a las figuras no tiene ninguna predilección ya que pronosticó que nunca se enfrentarán a su ganado. Antes no ocurría eso. Sobre los indultos y las puyas comentó que todo va en contra del toro, lo mismo que los petos, hoy los fabrican con un material deslizante que impide que el animal tenga fijeza en el peto.
Cerró la tertulia el nieto del ganadero exponiendo que pasó la pandemia en la finca de su abuelo y durante ese tiempo comenzó a interesarse por la ganadería. Como pensaron muchos de los presente, esperemos que no decaiga su afición y que los cárdenos, como los llama, tenga su futuro asegurado.
Gracias ganaderos, uno con el prestigio ganado por méritos propios y el otro que lo será. Seguro.
José Barranco Fernández, miembro de la Asociación el Toro de Madrid.
Presentación de la ganadería de José Escolar a cargo de Carlos Rodríguez Villa
En un entorno parecido al jardín del Edén por su abundante vegetación, su climatología privilegiada y su hidrografía generosa gracias a las nieves eternas de la sierra de Gredos que alimentan al río Tiétar, habitan los toros de José Escolar, dignos sucesores del toro primigenio que infundó un colosal respeto entre nuestros antepasados, que no dudaron en endiosarlo. Algo que también han hecho los aficionados más críticos y exigentes con los Escolares de don José.
Nos encontramos ante un toro primitivo, temible y salvaje, con esa fiereza que hacen gala los Escolares en su acometividad. Una fiereza que se debe exclusivamente a la labor humana, y es el fruto de sabias mezcolanzas en busca de un equilibrio que cada ganadero realiza a su gusto. Más dulce o más arisco, el toro contemporáneo proviene de una misma fuente genética, y las razas que conocemos hoy como tantos encastes, son, en realidad, las múltiples partes de un toro. El pulso del ganadero, su talante y su talento, son los que determinan el resultado final. Y basta con compartir un rato con José Escolar, para darse cuenta de que es tan bravo, rebelde y revoltoso como sus particulares Albaserradas.
Las hechuras de los toros de Monte Valdetiétar no mienten. Demuestran que la mezcla ha sido asumida: Albaserradas y Buendías. Distinto a todos los demás en morfología y en comportamiento. Un toro personal. José Escolar jamás lo ha mantenido en secreto y, de todas maneras, no es su problema: busca la casta y, para ello, toma de cada rama los ingredientes que la aseguran. Un toro creado y seleccionado para el gusto del aficionado.
El trapío equilibrado de sus toros permite acabar con un tópico: el toro no se impone por su tamaño, sino por su casta. Buena o mala, ésta es la fuente ineludible de la Fiesta y su única justificación. Si el toro carece de ella, su lidia está huérfana de sentido, y si el animal aparece como demasiado sumiso, las acusaciones de crueldad cobran veracidad.
Y es que cuatro décadas son más que suficientes para definir el carácter de una ganadería de bravo. Y el de su ganadero. Desde que José Escolar se las arreglara para hacerse con parte de esa veta de sangre Albaserrada que Victorino Martín había rescatado de la puntilla, los cárdenos que llegaron a su finca de Lanzahíta han ido desarrollando una distinta y acusada personalidad.
Todo empezó hace casi medio siglo con la venta por parte de Victorino Martín de una veintena de vacas a su amigo Leopoldo Picazo de Malibrán, fiscal y ganadero de Miraflores de la Sierra, que le había ayudado en un asunto fastidioso. Cuando Victorino le preguntó cómo podía agradecérselo, éste le respondió que su sueño era poseer algunos Albaserradas…”. Era una píldora difícil de tragar para Victorino, ya que durante años se había esforzado en unificar la ganadería de Albaserrada que compró José Bueno, y cuyas dispersas ramas pasaron a manos de su sobrino Escudero Calvo. Y cuando al fin había logrado su objetivo, convirtiéndose en el único propietario de la ganadería, mientras estaba a punto de ascender a la cumbre preservando celosamente su exclusividad, esta petición cuestionaba su proyecto. Pero, ¿cómo negarse? Y en 1977, apesadumbrado, Victorino le vendió una veintena de vacas a Leopoldo Picazo de Malibrán y, en primavera, le prestó el toro Molinito, antes de ser lidiado en Valencia al año siguiente. El 8 de diciembre de 1978, después de tentar ocho machos de los hijos de Molinito, Leopoldo Picazo, aconsejado por Victorino, decidió guardar como semental al llamado Jaquetón.
Sin embargo, días después, cuando estaba al borde de materializar su sueño, Picazo de Malibrán fue víctima de una conmoción cerebral. Su viuda le propuso a Victorino recomprar los animales que le había vendido a su difunto marido, pero éste, que atravesaba una mala racha financiera, no realizó la operación. Un ganadero de Soto del Real de nombre Durán y Vergara aprovechó el trance, guardó el hato un par de años sin lidiar nada, y después se lo revendió a Felino Fernández, un señor de Móstoles que vendió una novillada en El Álamo. La pobre ganadería habría desaparecido si en su camino no se hubiera interpuesto el interés por los Albaserradas de José Escolar Gil allá por 1981.
Años más tarde, añade reproductores oriundos de Santa Coloma puros Joaquín Buendía vía Carmen Espinar de Blázquez adquiridos a Paco Camino. “Ahora tengo 200 vacas. Cuando compré la parte de Victorino, la camada de utreros era de cinco… Fui a Vic Fezensac en el 83 y Manolo Chopera tuvo que meter un remiendo para completar la corrida. Por eso, luego compré lo de Paco Camino”.
Desde hace 18-20 años, está todo mezclado: Santa Coloma y Albaserrada. Santa Coloma me salía muy pequeño. Por los libros se la procedencia… pero ya lo tengo junto. Voy más a lo de Albaserrada para ir a las plazas de primera, aunque lo de Santa Coloma sale muy bravo.
Una pasión atípica, ya que todos los nuevos ganaderos compraban por aquel entonces camiones enteros con vacas de Domecq. El prefirió un encaste famoso por su dificultad. Un toro del gusto de la afición: encastado y duro, a veces más allá de lo razonable, pero en ocasiones, también, excelente. Y afortunadamente, muy a menudo, los rudos toros de Escolar han permitido a varios toreros crear faenas bellas y, sobre todo, repletas de verdad. No se arrepiente de haber tomado esta osada apuesta; muy al contrario, y su lema sigue siendo el mismo: “no busco lo bello, sino la verdad. Si lo bello viene también, pues que venga”.
Este año ha sido un gran año para José Escolar. Diez hermosos bureles han partido de Lanzahíta camino a Las Ventas. Los escolares se dejan querer en este fortín por su reivindicación del auténtico toro de lidia.
La tarde del 31 de mayo presenciamos una verdadera corrida de toros. Volvió el toro a San Isidro. Y con el toro, la casta, la emoción, la incertidumbre, la ausencia de aburrimiento y todos esos componentes de la Fiesta que tan poco pudimos paladear tantas tardes en San Isidro y creímos perdidos. Volvió el Toro. Y eso es el Toro de Madrid, con trapío, serio desde la punta del pitón hasta la penca del rabo, musculado y sin dejar de ser fiel al fenotipo que su procedencia demanda. Y ni eran mastodontes, ni iban con excesiva romana, ni tampoco eran exageradísimos de cara. Para que luego digan que en Madrid gusta el toro de no menos de 600 kilos y con leña para pasar veinte o treinta inviernos… Tarde de emociones, de reencuentro con la verdad del Toro, de sensaciones ante un Gómez del Pilar que dio la cara y toreó y lidió bien de verdad, de un grandioso tercio de banderillas protagonizado por Ángel Otero y de reconciliaciones con la Fiesta.
Por su parte, la tarde del 18 de septiembre pasará eternamente al recuerdo de todos los que allí estuvimos presentes. Saltó el cuarto del festejo. Un señor toro. Un cárdeno que clareaba de José Escolar. Desde que vio la luz en los pagos abulenses de Valdetiétar, atendía al nombre de Camionero. Bajo, aleonado, bien colocado de defensas, la única tacha para estamparlo en un cuadro es que el borlón de la cola escaseaba. La lidia fue toda a pedir de boca, se dejó capear de salida, el del castoreño lo cogió delanterito en los dos envites, sin cebarse. Luego los de los palitroques montaron un lío como no podía ser de otro modo tratándose de Iván García y Fernando Sánchez. Sonaron los clarines para el tercio de muerte y qué podemos decir, aquello fue como entrar en otra dimensión. Robleño compuso una faena con argumento, el de la pureza, escrupulosamente medida en su metraje, manteniendo la intensidad de su toreo y la emoción de los que tuvieron la suerte de vivirlo a flor de piel, de principio a fin. Todavía estamos recuperándonos, la huella que dejó aquella efímera obra a buen seguro que será imperecedera en la memoria de los aficionados.
Ha pasado un siglo de tradición familiar y más de cuatro décadas desde que nuestro invitado se hiciera ganadero sobre tan encastada materia prima, esa ardiente y afiliada genética asaltillada con la que ha llevado hasta lo más alto la secular costumbre ganadera de su familia: desde su abuelo Atanasio, que ya traía el ganado para los festejos de Fuenlabrada y alrededores de Madrid a primeros del siglo XX, a sus propios nietos, que ahora se manejan a caballo entre toros y encinas bajo la sierra de Gredos. Y entre medias, la piedra angular que supuso su padre, el popular “tío Pichorronco” para traspasar su pasión al propio Pepe y a sus tres hermanos. Todos ganaderos.
Si tuviéramos la suerte de tener entre nosotros a D. Luis Fernández Salcedo -gran aficionado, descendiente directo de los Martínez de Colmenar y posiblemente el que mejor ha escrito sobre el toro en el campo-, y tuviera que empezar hoy a escribir su fantástico libro “Trece ganaderos románticos”, es muy posible que pensara en José Escolar para dedicarle uno de los capítulos de tan exquisita obra. Sin más dilación y como es al ganadero a quien queremos y debemos escuchar, paso a cederle los trastos. Muchas gracias por su presencia y bienvenido a la Asociación El Toro de Madrid.
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