7º TERTULIA DE LA ASOCIACION EL TORO DE MADRID (2022-2023)
Fecha: jueves, 26 de enero de 2023
Invitado: D. Carlos Val-Carreres, cirujano jefe de la plaza de toros de La Misericordia de Zaragoza.
A pesar del frio y del fútbol, los aficionados no dieron la espalda a la tertulia de nuestra Asociación, donde una eminencia de la cirugía taurina, el Dr. Carlos Val-Carreres, cirujano jefe de la plaza de toros de La Misericordia de Zaragoza, desplegó el capote de su ciencia con el cual ha hecho muchos quites en la sombra de la plaza y bajo la luz de los focos del quirófano devolviendo a muchos toreros el valor más preciado, la vida.
Pero primero se impuso el protocolo habitual, las presentaciones, donde el presidente de nuestra Asociación desarrolló una información breve sobre lo tratado en la última asamblea celebrada recientemente. A continuación cedió la palabra al joven socio, Diego González que hizo un compendio sobre la carrera de nuestro invitado que levantó el primer aplauso sentido de la tarde. Vendrían algunos más. Destacando que es la tercera generación de cirujanos en su familia donde ya ejerce la cuarta, su hija. Calificó Diego a nuestro invitado como uno de los mayores expertos en la cirugía taurina, apoyándose en sus raíces familiares, le ha permitido salvar la vida de muchos toreros que decidieron jugarse su vida a unos metros de la enfermería. Ortega Cano, El Juli, Padilla, destacando a Mariano de la Viña…, junto con un equipo fiable y entregado a su profesión, aunque para esto también tiene que existir en ellos una gran afición.
Lo primero que comentó el prócer doctor fue alabar nuestro prestigio como aficionados, sin caer en la cuenta que el prestigio lo ponen nuestros invitados, pero una persona generosa salvando vidas en el quirófano, también mostró serlo fuera de él. Su abuelo y su padre fueron cirujanos en la plaza de Zaragoza. Aparte de los toros las vaquillas de la mañana también originan muchas heridas y a veces más complicadas.
Lo primero que le preguntaron a nuestro invitado, que es una cornada, cómo la define y cómo se ve desde la enfermería. El doctor distinguió entre traumatismos y heridas, definiendo algunos casos, un puntazo, cornadas envainadas, contusiones de tercer grado y algunos casos sin rotura, pero no por eso dejan de tener mucha importancia, las cogidas de los recortadores se definen como enguantadas. Lo primero que hay que hacer es no perder la calma y en la enfermería existe un circuito cerrado donde el equipo médico está viendo el desarrollo de la corrida. Este hecho ofrece muchos datos cuando se produce una cogida. Destacó el doctor en varias ocasiones el caso de Mariano de la Viña y el papel fundamental de los anestesistas. Otro de los detalles es que en la mayoría de los casos es el mozo de espadas el que le quita la ropa al torero que entra herido en la enfermería, ya que conoce al detalle la vestimenta, y el traje de los toreros es muy fuerte, buscando con ello la rapidez ya que el tiempo contamina las heridas. En la enfermería tienen un buen arsenal quirúrgico y con buenas dotaciones.
Fue el Rosco el que realizó la siguiente pregunta. Pero antes de ello, lo calificó de una eminencia en su profesión. La pregunta fue si ha perdido la calma en algún momento. Negó nuestro invitado este hecho, aportando que también operó a la madre del torero Ortega Cano, del cual es un buen amigo. José Ignacio preguntó sobre la figura del sangrador y cuál era su función, a lo que respondió el doctor que tuvo su importancia en tiempos pasados y que en la actualidad no está operativa. Esta figura de la medicina nació en el siglo XVII, su experiencia estaba basada en la práctica, pero la aparición de los antibióticos y la anestesia limitó su ejercicio. Después se creó la figura del “Cirujano completo”, pero en la actualidad los médicos tienen una preparación muy completa.
¿Cuál ha sido la cornada más fuerte que ha tratado? Respondió nuestro invitado que la de Mariano de la Viña. El torero entró en coma y temió por su vida, salvándose de milagro. Las lesiones más preocupantes son las de cuello. En la enfermería tienen mecanismos para cuidar el sistema vascular. Entre los asistentes estaba Alfonso de la Fuente, ginecólogo, que entabló con nuestro invitado un intercambio de opiniones sobre medicina que asombró a los presentes. Comentó el ginecólogo que aún sigue sorprendido sobre el caso de Mariano de la Viña, añadiendo que vivió de cerca la cogida del desaparecido Manolo Montoliu. Sobre Mariano de la Viña, se encontró con muchos focos abiertos y aún le cuesta creer que esté entre nosotros. Respondió el doctor que pudo hacerse con el control de la vena aorta y la cava. El intercambio de opiniones entre los dos galenos fue una verdadera clase de medicina que tuvimos la suerte de estar de oyentes.
El caso de Juan José Padilla fue una herida muy profunda en la cara y al respirar salía el aire por la órbita del ojo. El torero entró en la enfermería con el ojo fuera de la órbita. María le expuso que opinaba sobre la muerte después de haber sido trasladados los toreros al hospital. Y que ocurría con cogidas de personas en los festejos populares y con un alto grado de alcohol en sangre. Hizo varios comentarios el doctor, primero que a Mariano de la Viña no se le llegó a quitar el traje de luces en la enfermería. Por otro lado su padre salvó la vida de Jaime Ostos en Tarazona y de Miguel Márquez en Zaragoza, entre las décadas de los sesenta y setenta. En cuanto al traslado de los toreros al hospital, es una práctica habitual en Francia, Respecto a los heridos con alto grado de alcohol en sangre, hay métodos en la actualidad que no ponen en peligro la vida de la persona.
Carlos preguntó sobre el equipo médico que acompaña al torero José Tomás. Respondió el cirujano que no tiene datos al respecto, solo lo ha escuchado. En cuanto a los torniquetes, comentó que hay que hacer dos, uno a cada lado de la herida, tratando de aislar la herida, y que los toreros de plata los suelen aplicar bien, pero no se pueden mantener mucho tiempo. Los médicos franceses son partidarios de aplicar la teoría de: “esperar para ver”.
David preguntó sobre toreros que se han mantenido en el ruedo después de ser heridos. Contestó el médico que desde el punto de vista médico suelen empeorar, pero que no existen problemas graves. Otra pregunta fue dirigida sobre las cornadas de los toros con las astas escobilladas y sobre la recogida del torero después de ser herido. La respuesta fue que los profesionales del toreo suelen conocer el tratamiento que deben dar al torero herido, otro caso son los festejos populares, y acerca de las astas escobilladas, es la piel la que sufre las consecuencia y la quemazón se produce en esa parte del cuerpo. Los protocolos de Francia y América son distintos a los de España, añadiendo que la información de los partes médicos en Francia suelen ser escuetos. También en Francia son de la opinión de trasladar al torero herido al hospital como en el caso de Fandiño. Respondió el cirujano, que lo hacen así ya que en los hospitales tienen más medios que en la plaza. Fandiño tuvo una rotura de la vena cava, el lo había operado el año anterior a su mortal cogida. Comentó también la cornada del toreo Ortega Cano en el abdomen. Habló también sobre la muerte del torero de plata Ramón Soto Vargas en Sevilla, a lo que contestó nuestro invitado que este caso le afectó mucho al doctor Ramón Vila, ya que el torero entró a la enfermería andando, pero llevaba el corazón herido de muerte. El caso de este torero fue una herida cardiaca y su deseo es que no se produzca ninguna cogida de este tipo ya que suelen ser muy peligrosas.
La siguiente pregunta fue sobre las heridas de arma blanca, estoques, verduguillos y banderillas. Dijo el doctor que en 1.915 toreaba Joselito y al descabellar con el estoque, aún no existía el verduguillo, salió por los aires el estoque e hirió a un espectador de Bilbao, atravesándole el tórax. El herido afortunadamente se curó, también comentó la herida en un brazo con un estoque en el callejón de un profesional, que pudo ocasionar graves consecuencias en el brazo del herido, afortunadamente se curó.
Eran las 22 horas, el tiempo había pasado sin enterarnos, muchas preguntas se quedaron sin hacer, pero el tiempo es juez y parte en la dicha y la desdicha. Solo nos quedaba agradecer al cirujano su presencia y habernos mostrado una parte de la ciencia que desde los tendidos no se ve y a veces ni se aprecia, pero que afortunadamente existe para el que se juega la vida en el ruedo, intentando provocar en los tendidos la emoción, a sabiendas que tienen un ángel de la guarda detrás de esa puerta, llamada enfermería, que separa el silencio del bullicio de la plaza y donde unos profesionales esperan impacientes el final del festejo sin que sea necesaria su colaboración.
Gracias profesor, gracias maestro por habernos abierto la puerta de la ciencia a los que hemos sido testigos de este encuentro.
Pepeíllo, miembro de La Asociación el Toro de Madrid.
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