Nunca había visto un lleno como el de esa tarde para ver torear, en esta ocasión con la palabra unida a sus sentimientos, al torero jienense, Curro Díaz. No fui el único que quedó impresionado, también el maestro quedó gratamente sorprendido, y durante su exposición ratificó la opinión de la mayoría de los asistentes. Si los cosos se llenaran como está esta sala, la fiesta no tendría problemas, pero lamentablemente lo que ocurre en los ruedos tiene un alto índice de previsibilidad, y esto hace perder el interés de los aficionados y del público en general por la fiesta de los toros, nuestra fiesta. Añadiré también que todos los méritos son del torero, que ha tenido la deferencia de hacer un hueco en su vida privada después de haber contraído recientemente matrimonio. La Asociación el Toro de Madrid, solo ha hecho cumplir con su línea de opinión y, después de felicitarlo por su nuevo estado, su reto fue que el maestro se sintiera en un ambiente agradable para que desplegara todo su saber y sentimiento, y a la vista del resultado creo que el objetivo quedó gratamente cumplido. El lleno estaba asegurado antes del comienzo de la tertulia, pero a pesar de ello y una vez comenzada, los aficionados fueron ocupando todos los lugares de la sala como el escalón del tablado donde se encontraba la mesa de los ponentes, dando la espalda a estos, pero lo importante no era ver, sino escuchar al torero. La ocasión lo merecía y a nadie se le podía negar su presencia, ya que allí se encontraba un maestro que la temporada pasada había encontrado la regularidad que le ha faltado durante su toda carrera, creando en los aficionados un punto de incredulidad que veían que poco a poco la capacidad del maestro iba diluyéndose en la desidia al no encontrar el punto de unión entre toro y torero. Muchos de los presentes mostraban en su rostro la satisfacción de compartir una tertulia con el torero que ha marcado diferencias esta temporada, consiguiendo asentar en la arena, aparte de las zapatillas, una posición que los aficionados deseaban desde la temporada de su alternativa con toros del Cura de Valverde y que no dejó indiferente a todo aquel que tuvo la suerte de estar presente. Comenzó recordando determinados momentos de sus actuaciones en Las Ventas, desplegando ese toreo desmayado que cruje los pilares de la plaza. Torear es una forma de vida define el maestro, cuyo hilo conductor lo compara con el flamenco. En este hay varios palos, cada cual con sus características, en el toreo ocurre lo mismo. Ningún toro es igual y el torero nunca debe llevar a la plaza una faena concebida ya que cada tarde no se torea con el mismo sentimiento. Considera que el toreo debe reunir temple, duende y gusto y continuando su comparación con los distintos palos del flamenco y la guitarra, ya que si no está templada de nada serviría el duende del cantaor, aunque este último atributo lo definió como una virtud que se presenta cuando menos se lo espera y que unido al gusto en el manejo de los engaños crea la chispa que hace encender el fuego en la garganta de los aficionados, añadimos nosotros. Comentó que el año 2016 fue clave en su carrera ya que comenzó a disfrutar delante del toro, hecho que le permitió sacar a relucir el sentimiento almacenado en su ánimo, y llegar a la conclusión que el toreo no hay nada escrito. No fue fácil para llegar a este punto culmen de su carrera, como tampoco llegar a comprender lo que le ha supuesto la regularidad conseguida, tampoco ha encontrado razones que justificaran los altibajos en sus actuaciones desde la alternativa Solo hay un motivo que pueda justificar estos hechos, el estado de ánimo de las personas, que con ello provoca momentos de baja moral que no les permite pensar con claridad. Aunque los años pasados fueron duros, le permitió sacar conclusiones positivas. Estos hechos le hizo reflexionar sobre su futuro. Los aficionados deseamos que esa regularidad se acentúe y que continúe brindado a los espectadores ese arte que atesora en sus muñecas. Respecto al tipo de ganado que le ha tocado enfrentarse, comentó que ha matado corridas duras, Cura de Valverde, Cuadri, Victorino…. reflejando que con ello ha sido fiel a sí mismo y todo lo que ha hecho, lo ha sentido. Su padre le dijo en una ocasión, “El toreo tiene que ser encajado”, frase que le ha servido en su carrera. Fue desgranando detalles de su vida relaciona en muchas ocasiones con Las Ventas, a la cual definió, en contra de la opinión de muchos aficionados, que aún das más de lo que quita. Destacó, con sentimiento en su rostro, que un toro de La ganadería de Palmosilla le hizo pensar mucho, y que esa tarde la afición estuvo muy dura con él. Después de reflexionar sobre el hecho, llegó a la conclusión que los aficionados tenían razón. La afición de Madrid puede ser en ocasiones dura, pero nunca indiferente y menos con el arte, ya que aunque los toreros muestran sus sentimientos a través de su toreo, ellos lo declaran a través de la palabra, decimos nosotros. Este año vino a Madrid el Domingo de Resurrección con la misma desesperación que cuando se presentó en Madrid en la confirmación de su alternativa con la mencionada corrida del Cura de Valverde. Comparando estos hechos con el amor, añadió: “ni contigo ni sin ti”. Aunque nunca se había planteado torear corridas duras, tuvo que hacer de la necesidad virtud e intentar hacer lo que sentía con este tipo de ganado. En la actualidad se considera un torero de muchas plazas, pero destaca a Madrid por el hecho de que siempre ha entendido su toreo. Como espectador y antes de su alternativa acudió en una ocasión a Las Ventas como espectador con un grado de incredulidad sobre el nivel de exigencia de los aficionados, a partir de ese día terminó entendiendo a la afición de Madrid y los motivos razonados de su exigencia. En el turno de ruegos y preguntas volvió a surgir el tema de las ganaderías duras, y un aficionado le indicó al maestro que si él ha triunfado con corridas duras, las figuras deberían hacer lo mismo, intentando con ello dar un revulsivo a la fiesta. Continuó el matador desgranando la pasada temporada, indicando que después de la tarde del domingo de Resurrección, sustituyó a Rafaelillo en una corrida en Vic-Fezensac, con ganado de Baltasar Iban, indicando que esas dos corridas marcaron su temporada. Marcó también la tertulia la corrida del Puerto de San Lorenzo de la pasada feria de otoño. Corrida épica en cuanto a su desarrollo. El torero expuso que unos días antes, deseó que en Madrid ocurriera algo, y así fue. Los astados del Puerto y la actuación de los toreros no dejaron indiferente a nadie, añadiendo, que esta corrida si se hubiera celebrado en otra plaza no hubiera tenido la repercusión que tuvo, refrendando con ello lo dicho anteriormente, Las Ventas da más de lo que quita. Dicho queda. Consideró que esta corrida fue su segunda resurrección. Un aficionado hizo la observación que esta temporada y después de abrir la Puerta Grande en Las Ventas el Domingo de Resurrección, no estuviera presente en la feria de San Isidro, a lo que el torero añadió que los carteles de la feria ya estaban cerrados, y aunque no desea entrar en las ferias por el camino de las sustituciones, ya que eso indica que algún compañero ha sufrido un percance, tampoco se produjo ninguna sustitución. Queda reflejado en la tertulia la desaparición paulatina de la suerte de varas y el toreo de capote. El maestro aportó que en la actualidad conoce a muchos picadores que son buenos caballistas pero debería plantearse hacer bien la suerte y sobre todo medir bien el castigo. En cuanto al toreo de muleta comentó que existe la moda de los muletazos largos, pero a nuestro entender este tipo de toreo le resta mucha belleza y verdad a la muleta. Calificó el toreo a la verónica como un milagro, sobre todo en los quites, destacando en su manejo al maestro, Rafael de Paula, que nunca tuvo la necesidad de echarse el capote a la espalda. También destacó a José Fuentes y a José María Manzanares, padre. Estos dos últimos le marcaron en la visión de ver el toreo. Un aficionado destaca en el torero de Linares su vergüenza torera, resaltando también que su toreo emociona a los aficionados. Sale a relucir la tarde de Teruel, donde perdió la vida Víctor Barrio. De aquella dramática tarde comentó el torero que como persona tuvo que hacer un nudo en su corazón para dejar a un lado sus sentimientos, pero como torero entiende que el toreo da y quita, y aquella tarde sesgó la vida de un compañero. Comentó también que una faena salva a la persona y la coloca en su sitio. Así entiende Curro Díaz el arte de torear. Esa tarde negra el toro de Ana Romero que le tocó lidiar volvió a poner la fiesta con la emoción que necesita. No hay otra manera de entenderla. Hizo un comentario respecto al encaste Santa Coloma, diciendo que es un ganado que hay que llevarlo muy tapado en la muleta para no permitirle distinguir entre el engaño y el torero y alargarle la embestida, si no es así, el toro aprender con rapidez. Igualmente destacó la dificultad que presenta el encaste Núñez. El toro de Victorino Martín es un animal que enseña a torear. Criticó también el monoencaste y que todos los toreros deberían torear ganado de diversa procedencias. Respecto al mano a mano entre Curro Díaz y José Garrido en Madrid y después de lo ocurrido en Bilbao que dejó fuera un torero, declaró que no tuvo nada que ver en ese cartel. Se quiso incluir a otro torero pero nadie quiso torear. Considera que hay que darle sentido a la fiesta para que los espectadores acudan a la plaza. ¿Qué es ser figura? Comentó. ¿Matar el monoencaste y que los espectadores no acudan a las plazas al no encontrar el aliciente para pagar la entrada? Bajo su criterio el toreo necesita emoción y sobran gestas, estas no sirven para nada. El toreo es tan grande que de un día a otro te puede cambiar la vida. La tarde de la corrida de Victorino Martín en Calasparra, donde el torero de Linares indultó un toro, se celebraba el 50º aniversario de esta ganadería en manos de su actual propietario. Esa tarde los aficionados, a los cuales los definió como exigentes, disfrutaron mucho. La tertulia podía haber durado una eternidad, ya que conjugaba a un torero y a una afición ávida de palabras claras y concisas del matador, pero todo tiene un principio y un fin, y como dijo el filósofo, no sientas que terminó, disfruta que lo has vivido. Solo me resta manifestarle, “Que ha habido tardes en las ha merecido ser aficionado”. Gracias, MAESTRO.