Se celebró la última tertulia ordinaria de La Asociación el Toro de Madrid, donde representantes de la autoridad de la Plaza de Madrid estuvieron representados por D. Trinidad López-Pastor Expósito y Javier Cano. Por motivos laborales D. Javier Cano tuvo que retrasar su comparecencia, ya que tuvo que asistir a otro compromiso taurino en la plaza de toros de Vista Alegre, donde reclamaron su presencia para descargar los novillos para la novillada del día 21 del presente mes de febrero. Se le notó a D. Trinidad fajado en estas lides, que solo y sin ningún tipo de peligro, únicamente el que quisiera formarse de este nutrido grupo de aficionados, fue desgranando todas las preguntas con temple y oficio. El oficio que dan los años y la experiencia. La mayoría de las preguntas fueron por derecho, otras, no tanto, pero ningún aficionado quedó insatisfecho. Todos tuvieron la oportunidad de hacer su pregunta y todos encontraron la respuesta. Hubo quien osó pisar la raya de la discordia, tachando a nuestro invitado y a sus compañeros de malos presidente y antitaurinos, siendo en muchas ocasiones los autores del desorden, recomendándole que siguiera por televisión las actuaciones del presidente de la plaza de Bilbao, D. Matías Rodríguez, pero nuestro invitado a pesar de cambiar el tono amable de su rostro, permaneció impasible en la manifestación de su palabra, y solo ofreció como respuesta la comprensión hacía el aficionado, que trató, inconscientemente, de hacer mella en su persona. Solo le recordó el presidente al tertuliano, que él no tenía que fijarse en quien había permitido que El Juli impusiera su criterio sobre los toros que tenía que torear en esa plaza, con una falta de respeto hacía la afición bilbaína. Dicho queda. Cada uno que saque sus propias conclusiones, pero el respeto no está reñido con la crítica, ya que esa es una de las líneas maestras de La Asociación que humildemente representamos, añadimos nosotros. Después de una breve presentación por el presidente de La Asociación el Toro de Madrid, tomó la palabra nuestro invitado, definiéndose como un hombre dialogante y próximo a los aficionados, con los cuales le gusta cambiar impresiones, siendo éstas muy importantes para él, considerando necesarias las críticas constructivas, pero sin llegar al insulto. Nació en el pueblo manchego de Torralba de Calatrava y a su padre le gustaba asistir a las corridas de toros, desplazándose a Madrid cuando su economía se lo permitía. Le hubiera gustado ser torero, pero reconoció desde un principio que no reunía condiciones para ponerse delante de un toro. Sus comienzos como representante de la autoridad fue en la plaza de Colmenar Viejo, de Madrid, en el año 1.997, junto a su compañero, Antolín Mesa. En el año 2004 se produjeron dos bajas en el plantel de presidentes de Las Ventas, siendo sustituidos por nuestro invitado y Julio Martínez Moreno. Comentó que este hecho fue una sorpresa para él, aunque ya estaba actuando como ayudante de delegado. La condición para ocupar este cargo es que la persona propuesta debe estar en activo en el Cuerpo Superior de Policía, aunque el cargo es voluntario. Al principio y motivado por su inexperiencia, comentó que cometió muchos fallos, que fue corrigiendo con el paso de los años. El primer tema que apareció durante el turno de preguntas fue que los aficionados lo pasan mal cuando vienen las figuras, ya que se producen unas anomalías en los corrales al tratar de imponer los taurinos el ganado preferido para sus toreros. y al presidente le toca defender los derechos del público, quedándole a estos la única alternativa de confiar en él, aunque en muchas ocasiones se puede comprobar que los taurinos se han saltado las normas que impone el reglamento. Muy claro fue el presidente en este aspecto, comentando que en algunas ocasiones la única alternativa que les queda es suspender el festejo, pero que en los años que lleva presidiendo corridas no ha llegado a este extremo. Añadiendo que esta plaza aún mantiene un tono de seriedad que no tiene otras plazas de prestigio. Respecto a este tema añadió que ha tenido muchos problemas en los corrales, hace tres años llevaron 38 toros para el reconocimiento, ya que todos los que aparecían eran devueltos por los veterinarios. Como serían los animales que presentaban los taurinos, siempre tentando al diablo añadimos nosotros. Continuó comentando que algunas figuras le critican que es un presidente con poca sensibilidad, ya que hace entrar al toro al caballo dos veces, como impone el reglamento, a pesar que el animal esté moribundo. Sorprendió mucho a los presentes este comentario, ya que los toreros hablan de sensibilidad, cuando ellos son los primeros que permiten que se produzca la manipulación de los animales que torean, había que recomendarles a estos toreros que vengan con toros y no con cadáveres, añadimos nosotros. Continuó comentando que a pesar de la situación actual de la fiesta, cuando comenzó a presidir festejos los toros se caían más. En su primer año de presidente hubo que apuntillar un toro porque se cayó al primer muletazo y no consiguió levantarse. Se le planteó al invitado que en Las Ventas se cambia el tercio demasiado pronto, no dando oportunidad para el toreo de capote. Añadió el presidente que suele cambiarlo con cinco capotazos, pero debido a que el ruedo de la plaza es grande hay veces que el toro no tiene fijeza y comienza a dar vueltas por la arena, y claro tiene que tomar la decisión de cambiar el tercio para no hacer interminable el festejo. Sobre la unificación de criterios de los distintos presidentes, comentó que a pesar de reunirse con frecuencia con sus compañeros es muy difícil unificar criterios ya que cada uno interpreta el reglamento de una manera personal. Sobre la concesión de trofeos, comentó que la primera oreja es facultad del público, pero la segunda es del presidente y evidentemente del público también. Es de los que creen que a las figuras hay que exigirles más. Sobre este tema comentó la faena de El Juli a un sobrero de Ana María Bohórquez, en la feria de San Isidro de año 2006, al cual le negó la segunda oreja porque el estoque no quedó en buen sitio. Tampoco consideró la faena de Eugenio de Mora, en agosto de la pasada temporada, merecedora de dos orejas. Sobre la modificación de la salida de los toreros por la Puerta Grande con una oreja en cada toro, añadió que se hace así por tradición, pero que no se opondría a que se cambiara la norma y hubiera que cortar dos orejas en un toro para conseguir este premio. Sobre sus actuaciones lo que más le gusta es pasar desapercibido, ya que es señal que el festejo se ha desarrollado con normalidad, considerando que el protagonismo debe estar en el ruedo, no en la presidencia. Apareció durante la tertulia el concepto del trapío, ya que es un tema muy importante, tanto para los veterinarios como para el presidente, en el reconocimiento del ganado previo al festejo. No tuvo dudas al definir este concepto: para él el trapío es la armonía que debe reunir un animal, como suele decirse, de pitón a rabo. Añadiendo que hay toros que están al límite de su peso y sin embargo no presentan problemas en el reconocimiento. Así de claro lo dejó nuestro invitado. Un tertuliano aportó otro concepto sobre el trapío, añadiendo que “el toro debe dar miedo”. Apareció en el debate el castigo a que son sometidos algunos toros debido a su mansedumbre, añadiendo que en la temporada 2006 tuvo que condenar a dos novillos a banderillas negras, siendo este hecho muy negativo para la ganadería. Después de la corrida tuvo la oportunidad de hablar con el ganadero y se lo había tomado con mucha filosofía. Un tertuliano tuvo la curiosidad de conocer que les ocurría a los espontáneos, a lo que el presidente comentó que se les imponía una sanción económica y ahí terminaba la aplicación de la ley. Sobre las novilladas que se celebran en Las Ventas, consideró que suelen venir con mucho trapío considerando que los chavales que se anuncian la mayoría no están preparados para enfrentarse a ellas, aunque las orejas en esta plaza no cuenta lo mismo para la carrera del torero que en otras de menor categoría. Apareció el tema de los asesores, planteando un tertuliano si era necesaria su presencia. Aclaró el presidente que las decisiones las suele tomar él, y rara vez se ve influenciado por el asesor, tanto facultativo como artístico. Respecto a la parte de responsabilidad que tiene en los reconocimientos, comentó que el dictamen de los veterinarios no es vinculante, ya que la última decisión la toma él, y con respecto al trapío, matizó que los toros se ven de manera muy distinta desde arriba y desde la tronera de los corrales, por este motivo suelen hacer el reconocimiento desde distintos ángulos de las corraletas. Sobre la devolución de un toro, comentó que la clave está en el comportamiento del animal antes de entrar al caballo, aunque ha devuelto muchos toros durante el tercio de banderillas. Sobre la negativa a conceder la vuelta al ruedo la toro de Miura Zahonero en la última feria de San Isidro, comentó que la corrida de Miura tuvo muchos problemas en el reconocimiento y no consideró su comportamiento para tal premio. De la misma manera consideró justa la segunda oreja a Perera la tarde de los ”Adolfos”. Seguramente que muchas preguntas quedaron en los pensamientos de los presentes, pero el tiempo no dio para más y eso que se estiró la tarde todo lo que se pudo, sin que nuestro invitado tuviera que sacar el pañuelo verde en ningún momento. Solo restaba decir, gracias presidente.